Premium

Inflación (I)

Avatar del Paúl Palacios

El gran impacto de la inflación no lo vivimos aún, pero tendremos un segundo semestre para el que debemos prepararnos económica y socialmente

En las últimas semanas las familias han experimentado un incremento de precios, y la reacción de molestia es natural; a nadie le gusta disminuir su poder de compra, y menos después de la última reforma tributaria que ha afectado materialmente a la clase media.

Es importante entender el origen de lo que está pasando para ver cómo defendemos a los hogares más vulnerables, principalmente, y en general a la población. En los dos últimos años, como consecuencia de la pandemia, los gobiernos de los países desarrollados iniciaron un proceso de monetización de sus economías para sostener el consumo, compensar de alguna manera a quienes perdían sus empleos, y sostener a las pequeñas y medianas empresas. Esa capacidad de compra en esas economías permitió dos efectos en nuestro país: primero, que nuestras exportaciones privadas no se desplomen, y segundo, que las remesas no desaparezcan. Sin embargo, tarde o temprano más dinero en esas economías implicaría un incremento de precios, y por derivación para Ecuador, que es una economía abierta; con un gran componente de importaciones, tendríamos inflación importada. El segundo fenómeno importante tiene que ver con el desarreglo logístico en el mundo. No solo que los fletes han subido de precio, sino que la disponibilidad de transporte marítimo ha disminuido. La consecuencia de aquello es que cuesta más importar, se genera escasez y con ello se impactan los precios locales. Finalmente, la agresión rusa a Ucrania le puso la cereza al pastel. Si bien Rusia y Ucrania en conjunto representan menos del 3 % del PIB mundial, tienen productos claves, como cereales, metales, combustibles y fertilizantes. El bloqueo hacia Rusia y la pérdida de la producción ucraniana, en un mundo globalizado, están impactando en los precios de esos productos y de los productos derivados. Entonces, el mundo está sufriendo y nosotros en él, con una inflación por el lado de la demanda, por la gran monetización de las economías, y por el lado de la oferta, con la reducción de la producción y comercio de productos claves.

Veamos en la próxima columna qué podemos hacer.