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Mauricio Velandia: Elecciones en EE. UU. y su impacto en Ecuador

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Noboa, tiene que ser un ajedrecista, sin dejar de emprender la búsqueda de dinero para confrontación interna actual

Faltan 10 meses para las elecciones presidenciales en EE. UU. y el mundo está empezando a prepararse para una posible segunda presidencia de Trump. De ser así se verán cambios respecto de Ucrania, Taiwán y la conducta de Hamás, lo cual tocará intereses en conflictos de Rusia, China e Israel.

Las banderas de los demócratas están en la reelección de Biden. Y Trump alzará los colores de los republicanos. Teóricamente, las diferencias entre demócratas y republicanos se centran en que los primeros tienden a abogar por un gobierno que intervenga en la economía para promover la igualdad y la justicia social. Los republicanos favorecen un gobierno más limitado, promoviendo la libre empresa y reduciendo la intervención gubernamental en la economía. Hay diferencias en asuntos como política exterior, atención a la deuda, y enfoques sobre temas sociales como el aborto y los derechos civiles.

De los presidentes demócratas se destacan: 1. Franklin D. Roosevelt (1933-1945): importante en la Gran Depresión y la II Guerra Mundial, implementando el ‘New Deal’. 2. John F. Kennedy (1961-1963): destacó por su liderazgo en la Guerra Fría y su impulso a los derechos civiles. Asesinado. 3. Barack Obama (2009-2017): primer presidente afroamericano. Promovió reformas en salud (Obamacare). De parte de los republicanos se destacan: 1. Abraham Lincoln (1861-1865): abogó por la abolición de la esclavitud. 2. Theodore Roosevelt (1901-1909): implementó reformas antimonopolio y la conservación ambiental. 3. Ronald Reagan (1981-1989): adelantó políticas económicas de libre mercado conocidas como ‘Reaganomics’ y contribuyó al final de la Guerra Fría. Entre las dos tendencias se mueve el mundo occidental y todas las democracias imitan lo que pasa en EE. UU. Esta campaña electoral estará llena de inteligencia artificial. Ese será el verdadero cambio.

Biden ha intentado vender la imagen de superpotencia comprometida globalmente y cerca de sus aliados. Reactivó alianzas con Japón, Taiwán, Corea del Sur y la OTAN. Todos se verán muy pronto apurados en obtener el guiño de Trump. Una segunda presidencia suya toma un mundo más desordenado y un Trump ya experimentado, queriendo ser salvador de su país y del mundo. Vendrán aumentos de aranceles, suspensión de relaciones comerciales con China, fin de apoyo a Ucrania y acercamiento con Rusia. Modi en la India será su amigo, y los líderes de Australia y Hungría; y habrá conversaciones serias con Europa sobre el comercio con China. Verá con buenos ojos a Milei y lo apoyará de lejos, sin dejar de pensar que solo es un personaje divertido. Tendrá gran aprecio por el gobierno de El Salvador. El presidente Noboa conoce muy bien cómo piensa un republicano. Y la posible llegada de Trump toma al país con la lupa de ese país puesta encima de Ecuador por los problemas del narcotráfico. Debe estar preparado para que lo usen en pequeños discursos y luego lo traten con desprecio. Trump puede llegar a definir que la guerra contra la delincuencia es un asunto interno de Ecuador y no externo de su país, lo que significaría que pelearemos solos. Y una guerra es costosa en dinero. Noboa tiene que ser un ajedrecista, sin dejar de emprender la búsqueda de dinero para confrontación interna actual. Movimientos de caballo y no de torre. Es su momento internacional para hacerse sentir como país que otorga orden a la legalidad de una sociedad, pero que sabe que la guerra se gana si existe educación y salud. Esa es la verdadera guerra que tenemos que ganar, quede Trump o Biden.