El que se extrae en el Campo Amistad, al sur de la isla Puná, ubicado a 25 minutos al oeste de Machala, para abastecer la unidad de generación Machala Power.

Durante el gobierno de la Revolución Ciudadana se hostigó a la compañía EDC para que finalmente decidiera abandonar el país en el 2011. Desde su partida se encargó a Petroecuador para que se hiciera cargo, con pésimos resultados hasta la fecha. Se gastó 324 millones de dólares en perforar diez nuevos pozos habiendo disminuido su producción a 20 millones de pies cúbicos por día, cuando la meta era aumentar a 100 millones, sin poderlo lograr hasta hoy.

El drama actual del Ecuador es que desde hace más de veinticinco años no se explora ni se incorporan nuevas reservas de gas, tampoco de petróleo; mientras el consumo aumenta cada vez más y el excedente exportable es cada vez menor. Sin embargo, nos seguimos creyendo ricos, país petrolero, subsidiamos el consumo, incluso de terceros, vía contrabando y con el abastecimiento a barcos y aviones extranjeros.

Las reservas existentes han disminuido de 3.200 millones a apenas 800 millones de barriles. Las exportaciones cada año son menores, las importaciones y subsidios mayores.

La propuesta de los expertos, concretamente de Raúl Ortiz, es modificar la matriz energética y los patrones de consumo, depender menos del diésel importado, comenzar a utilizar mayor porcentaje de gas natural, repotenciar la explotación del Bloque 6 del Campo Amistad y abrir la exploración de ese combustible en nuevas concesiones y campos alternativos en toda el área del Golfo de Guayaquil hasta las costas de Manabí.

El gas natural cuesta mucho menos que los combustibles fósiles y su precio es más estable, mucho más si lo logramos producir localmente. Tendríamos mayor seguridad energética y recuperaremos la posibilidad de producción termoeléctrica eficiente en los periodos de estiaje.

Se requiere de una nueva política petrolera integral, ser otra vez atractivos para la inversión extranjera en esta materia, iniciar una campaña exploratoria de un megabloque de gas natural en el golfo, atraer empresas de alto calibre y declarar al Proyecto Gasífero como prioritario y de interés nacional.