La Comic Con regocijó a la población infanto-juvenil y me entusiasmó organizar en los Samanes, la Comic Con Electoral, que será de gran atractivo.

Allí habrá locales diversos para exhibir a los políticos que aspiran a ocupar dignidades en las próximas elecciones.

Al ingreso y de gran atracción, estará un local con vistoso letrero que reza: “Experta en desvanecer glosas hasta por 90 millones. Informes aquí”. Luego en un quiosco del último combo traficante, funcionaría la Venta de cargos públicos. Se garantiza reserva. Hacia la izquierda, en un caramanchel, estaría el que sabemos anunciando: “Te hago superintendente, aunque no lo quiera la gente”. En un césped estaría un tipo pateando una pelota frente a un letrero: “La pelota pateo elegante y del resto nada sé. Pronto en un curul me veré... De gran atractivo será el tablado posterior, donde al son de Cucaracha y su combo, se oirán las notas del baile del grillete y contemplaremos a políticos de todo tipo de antecedentes, asaltantes, prontuariados y traficantes, saltando en una patita con el grillete sonando como castañuela podálica. La obra: El grillete no se quita, pero la plata robada, ¿quién nos la quita? Hacia adelante está la zona financiera, en cuyo local está un tipo atendiendo bajo la siguiente promoción: “Invierte aquí tu dinero, para que ganancias puedas tener, pero ojo, si el rey aparece, tu plata podrá desaparecer”. En una jaula, una mujer casi desnuda anuncia: “Conózcanme bien como soy, pues de concejala voy” y muy cerca, un escritorio donde hay 3 hombres con toga y capa y un letrero: “Te tramitamos el ‘habeas’ que te dé la gana, pero primero, caifás con la lana” y un tipo con un maletín. A la salida, está un gran local con el rótulo “Camisetas”, que anuncia: “Un político sagaz y abusado, piensa solo en robar. Hay que estar bien preparado para muchas camisetas estrenar”, y al lado un lugar donde se indica: Venta de partidos y movimientos.

Fabuloso el conocer en vivo y en directo a personajes de la vida diaria y a quienes serán nuestras futuras autoridades.

Y sigo andando…