En la edad del caos, la velocidad, la inmediatez y la vorágine de información, escribir artículos de opinión me hace sentir como el hielero del Cotopaxi: desde que existen las refrigeradoras su trabajo es un souvenir.

De pantalla en pantalla, navegamos un mar de superficialidad en el que para sumergirse, el formato dominante son cortos multimedia de hasta 20 segundos.

Plasmar pensamientos complejos y reflexiones detenidas, como las que transforman las sociedades, se enfrenta a una difícil travesía. Investigué cual es considerado el artículo de opinión más popular del habla hispana por si su fama es previa o posterior al internet. “La lengua de las mariposas” de Manuel Rivas sería el mejor ejemplo de escritura reflexiva y profunda que, llegando a mucha gente, también logró resonancia duradera en la sociedad.

Hasta una película se habría hecho luego del artículo; pero todo esto es en la época previa al internet. La historia que rodea a “La lengua de las mariposas” y su posterior adaptación cinematográfica no solo subraya la capacidad de un texto para resonar en el tiempo, sino que también evidencia cómo la escritura pausada y reflexiva puede trascender las barreras temporales y seguir siendo relevante décadas después de su creación.

En un mundo que parece deslumbrarse por la novedad constante, este artículo se presenta como un recordatorio de la atemporalidad de las ideas bien articuladas.

Con ocasión a estas reflexiones y al intercambio de estos días entre el Presidente y la ex Ministra Romo sobre pokemones, me pregunto y les pregunto si podemos imaginarnos un formato en el que la opinión y las ideas pueden apalancarse realmente en los nuevos medios digitales. Como un artículo se convierte en un meme, o como un meme se convierte en un artículo.