En redes sociales circulan mensajes que dicen: ”Guayaquil terminará matando al Ecuador”. Esto es simple artillería política para transferir una responsabilidad sobre la epidemia, en especial por la proximidad de elecciones presidenciales.

En época de la colonia, Guayaquil soportó tres males: incendios, pestes y piratas. En las tres últimas décadas ha soportado dengue (en todas sus formas). ¿Por qué hay resistencia a estar en casa por la peligrosidad del COVID-19? Acatar disposiciones de prevención no funciona como “amor a primera vista”.

El coronavirus batalla con todo. En redes sociales hay aseveraciones de que Buda es más fuerte que Jesús, dado que China está avanti en este tema. En cambio en Europa no disminuyen los casos y en Latinoamérica, recién empieza.

El problema no es el líder religioso, sino la disciplina del individuo. Mientras unos reniegan del encierro, otros lo aprovechan. En un video se escucha a pastores incentivando el envío del diezmo a una cuenta o link a cambio de una oración para el remitente.

La conexión con Dios no es burocrática, tampoco se paga consulta para ser escuchado. Si el hombre camina, también puede orar. Estos y otros matices componen a la sociedad actual, con o sin coronavirus. Creer todo lo que publican, es prolongar la siesta del cerebro.

Ing. Isabel de Cordovez