Si en nuestra sociedad existen problemas profundos de desigualdad hay que resolverlos lo más pronto posible. Si presenta un alto nivel de desempleo, hay que reactivar la economía. Si hay grandes brechas en educación y salud en amplios sectores de la población ecuatoriana, deben ser atendidos con absoluta urgencia y prioridad. Si un alto porcentaje de nuestra población vive en pobreza y extrema pobreza hay que sacarla de ahí con espíritu de urgencia. Nunca debe permitirse que la violencia estalle por problemas conocidos por nuestras autoridades y que se posponga su solución para que distractores sociales desvíen la atención para no enfrentarlos. Una sociedad construida sobre desigualdad y resentimiento, sobre polarización y brechas insalvables de ingreso, educación, salud y participación política, va camino a la inestabilidad y a la violencia social. Es inexplicable que líderes políticos, sociales, gremiales y partidos políticos pasen en la polémica sin propuestas y en la crítica y el insulto sin planes para atacar los problemas sociales básicos de la población. O rectifican con premura o la dirección que han dado al Ecuador nos llevará a una catástrofe. O aprendemos a elegir a nuestras autoridades o seguiremos teniendo mediocres populistas como gobernantes. O se cambia la forma de elección de asambleístas o seguiremos teniendo una Asamblea donde prima la ignorancia de la gran mayoría que hace politiquería sin proponer soluciones.

Ec. Mario Margas Ochoa