Parques y brazos del estero Salado en Urdesa Central, en total abandono
En mis recuerdos de niña y adolescente, de cuando íbamos con mis padres a recrearnos a la orilla del Salado, sus aguas eran transparentes
Mi caminar diario al ir al centro comercial Albán Borja incluye cruzar por el parque de Ilanes y Costanera, en total abandono. Las bancas para sentarse lucen mugrosas, no pueden utilizarse. Los árboles se están muriendo por falta de agua. En el ingreso por la calle Ilanes el cerramiento está oxidado. El parque no invita a entrar, está desolado. En la noche sin iluminación. Bordea al parque un brazo del estero Salado, que lucha por salvarse; sus aguas están verdes. Para llegar al Albán Borja hay que cruzar un puente cuyas barandas necesitan limpieza; están pintadas, pero una gran capa de polvo las cubre y no hay cómo apoyarse en ellas. Cuando camino para ir por el puente que une Urdesa Central con Miraflores, por Circunvalación Sur hay un parque pequeño de paso, con el busto del escritor Jorge Pérez Concha, el cual necesita mantenimiento. El brazo del estero, por ese lado con un hermoso manglar, tiene sus aguas verdes. Las barandas y las aceras igual lucen mugrosas.
En mis recuerdos de niña y adolescente, de cuando íbamos con mis padres a recrearnos a la orilla del Salado, sus aguas eran transparentes. Disfrutábamos de sentarnos en las bancas del desaparecido parque Washington, a ver a los bañistas. Había amor por los nuestro, tanto de autoridades, como de la ciudadanía; en estos momentos, total indiferencia de ambas partes. Nos hemos resignado a vivir en total desaseo de aceras y lugares donde debería hacerse turismo. Es difícil resignarse y no añorar, el civismo, urbanidad y respeto a lo nuestro y a lo ajeno que había antaño. Ni autoridades, ni ciudadanía hacen algo por mejorar esa conducta de quemeimportismo.
Laura Gómez Serrano