“Ojalá me llegue la muerte de España”
Esta demora daña tanto a las personas como a sus familias
Así expresaban su deseo de no morir, hace pocos siglos, los italianos de las regiones dependientes de España, porque nuestra burocracia eternizaba cualquier trámite.
Todavía hoy sufrimos en parte esa lentitud administrativa también los que desean morir aquí, conforme a la ya vigente ley de eutanasia.
Casi un tercio de los solicitantes mueren mientras se tramita esa prestación, que demora unos 75 días, cuando, al máximo, debía resolverse en 35.
Esta demora daña tanto a las personas como a sus familias.
Al menos, al final, ¡un poco más de humanidad!
M. Sagrera Capdevila