Un mensaje de respeto, valor y consideración, se constituye en la prolongación de la existencia y se expresan como lo más importante de la vida: “Ámate, quiérete; respétate, apréciate; estímate, apóyate, valórate, considérate, respáldate, ayúdate, motívate”. También quiero llegar a expresar mi cariño navideño a mi querida familia ya sea por consanguinidad o afinidad, dicho de otro modo nuestros agnados y cognados, podríamos decir que nuestros amigos se convierten en nuestros hermanos del alma y nuestros hermanos son nuestros amigos del alma. 

Estos sentimientos a veces a quienes queremos no lo tenemos presentes, que son como la música que no se ven, pero se sienten, que toda la humanidad levante la bandera de unidad, con un sello humanista, promoverá el auténtico cambio social.

Estos sentimientos navideños nos permiten perdonar aquellas personas que nos han ofendido, y aunque a veces no lo sepan, lo importante es que te estás librando de energía negativa pasando a proyecciones positivas por eso al acercarse la Navidad siéntete liberado de nefastas sensaciones que bien sabemos qué es malo.

En la Navidad deseo que en su hogar brille la paz, la alegría y la felicidad. ¡Feliz Navidad!

Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo