El 11-abr-2021 fue la segunda vuelta electoral en Ecuador, fecha en la cual se prohibió la presencia de vendedores informales en los exteriores de los recintos electorales, pero la realidad fue que sí estuvieron, dado que esta fecha era una oportunidad que no podían desperdiciar para vender y obtener ingresos en esta época de reducción de ventas.

La oferta era variada y por supuesto que la creatividad también dijo “aquí estoy”. Había combos de $ 1 y se llevaban: una mascarilla, una pluma y un frasco pequeño de alcohol.

También se vendió comida, lo único que desentonó en esta actividad fueron dos temas puntuales: primero, ningún vendedor tenía su tacho de basura para recoger los platos o tarrinas ya usadas, quedando estas como decoración de piso; este hecho revela que ensuciar el sitio donde venden sus productos es costumbre y no es tema que les preocupa en lo mínimo.

Segundo, el peligro que representaron vendedores de frituras: churros, empanadas, etc., ubicados en las veredas cercanas a los recintos electorales, debido a que constantemente se movilizaban con su bandeja de aceite hirviendo en un espacio muy reducido, junto a muchísimos transeúntes y diciendo: “si le quemo, no respondo”.

Carl Gustav Jung dijo: “Pensar es difícil, por eso la gente prefiere juzgar”. No se estigmatiza porque sean vendedores informales, pero sí se aprecia el cuidado que brinden a la ciudad y a los demás.

Ec. Marysol del Castillo