Como relajación y alivio al coronavirus, dejemos trabajar a los científicos de la salud y volvamos a prepararnos para el futuro del agro.

Los científicos expertos en productividad agropecuaria predicen drásticos cambios en las artes de produccióny apuntan arteramente que para poder alimentar a la creciente población de los próximos 20 años, debemos fortalecer el atractivo de la actividad agrícola como un gran negocio agroeconómico urgentemente.

En el último censo agropecuario ya se advierte una ausencia de jóvenes dedicados a ella. Según tales estadísticas, el 75 % de los productores agrícolas poseen más de 65 años y apenas un 25 % son menores de 45. Es imperante iniciar una campaña integral entre las universidades agropecuarias, el Estado y los jóvenes del país, porque lo que se viene será una agricultura de muy alta tecnología, donde los drones, satélites, equipos y maquinarias sin operadores serán el común denominador.

En EE.UU. se ha iniciado la implementación tecnológica a grandes saltos, muy pronto será un patrón normal la siembra y producción de plantas con “genes corregidos o modificados”, donde los científicos modificarán el ADN de la mayor cantidad de cultivos y obtendrán variedades específicas, en las que el agricultor se permitirá seleccionar aquellas más resistentes a plagas, enfermedades, tolerancia a las sequías o variedades con mayor contenido de aceites o proteínas.

La incipiente ola de los cultivos orgánicos pronto desaparecería frente a estos alimentos con mayor contenido de vitaminas, e incluso con minerales que normalmente no se encuentran en su composición original. Gracias al progreso será posible darle de comer a más personas y llevar una dieta balanceada, que supere incluso a las comidas tradicionales, y poseerán mayor duración para preservarse en perchas en los mercados de alimentos.

Ing. Agr. Pedro Álava González