Leí la noticia de “un nuevo juicio político contra Romo” publicada por Expreso el 16 de enero de 2020 y llamó mi atención el siguiente párrafo: “Que el tema de las bombas lacrimógenas caducadas no solo fue una irresponsabilidad sino que puso en riesgo la vida de los policías y de los ciudadanos que estaban protestando”.

Que el tema sea una de las causales para el juicio contra la ministro Romo es parte del eje político; lo que realmente es de responsabilidad e interés social es conocer lo siguiente: a) ¿qué destino que tuvo el remanente de bombas lacrimógenas caducadas en Ecuador, usadas en las protestas de octubre de 2019 o ya no existen ninguna?; b) ¿se establecieron procedimientos que informen la vigencia de los productos adquiridos?

Es normal que surjan estos interrogantes porque si a estos productos no los descartan definitivamente para su uso, Dios no lo permita y suceda otra manifestación de protesta, el riesgo de que aquellas sean nuevamente utilizadas está latente y por ende, el riesgo de la vida de los policías y ciudadanos que protesten, como también de aquellos que sin intención estuvieron en la hora y lugar equivocados.

Con juicios no resucitamos ni tampoco se recuperan los heridos de sus lesiones. Centrarse en lo auxiliar e ignorar lo principal es riesgo para todos.

           

Ing. Isabel de Cordovez