En todo el mundo se celebró de una forma u otra el nacimiento de Jesús, el advenimiento del año, la noche vieja, etc. Esas celebraciones tienen connotaciones religiosas y/o paganas.

Cada cultura, cada religión, cada país tiene su forma de celebración o conmemoración; en unos países es restringida, en otros es abierta.

Pero lo que sí debe estar claro, es que las personas son individuales, sienten y piensan diferente de otros.

En el Ecuador, la Constitución ampara a todos sus ciudadanos y garantiza su derecho a profesar un credo, una ideología política, sin ninguna retaliación por convicción o género.

Motiva el comentario, por cuanto en una fiesta social de Navidad, el momento de los deseos del nuevo año fue aprovechado por dos asistentes para conminar al “arrepentimiento y aceptación... y que alcen las manos y saquen el pecado del corazón…”, etc. En esa reunión había personas de diferentes grupos religiosos, por lo que fue una actitud de poca consideración a la familia anfitriona y ocasionó el malestar de todos.

El Estado ecuatoriano es laico, señor director, por ende, respeta a todas las creencias de sus ciudadanos.

Considero que el asunto espiritual es interior y compete solo al individuo.

MSc. Daniel Uyaguari Z.