Cartas de lectores: Un viaje relajante al exterior
Le deseo un feliz viaje de experiencias inolvidables ; vuelva con mente positiva y la bendición de Dios
Embarcarse en un avión es aliviarse del estrés qué nos agobia. Es recomendado por los médicos, más aún si se tuvo una caída y se elevó el cortisol, que provoca depresión del sistema inmunológico y favorece el enfermarse. Aunque el tiempo lo tenga en contra, que la agencia de viaje lo reciba con una silla de ruedas para su comodidad en el aeropuerto, y si toca viajar en un asiento en el ala del avión, sus motores lo acompañarán para un descanso placentero por sus turbinas.
Embarcarse en un avión y perderse en el cielo por unas horas es huir de la realidad de la vida hogareña y conflictiva, de la toxicidad del día a día. Un vuelo fuera del país ayuda a relajarse de noticias nefastas y proporciona un respiro mental. Ingiera valeriana y disfrute con magnesio y melatonina; recuerde abandonar el cortisol.
Viajar es cambiar la ropa del alma rota, igual que los artefactos del hogar. Viva la vida en modo avión y regrese con pilas recargadas a la realidad de la vida. Le deseo un feliz viaje de experiencias inolvidables ; vuelva con mente positiva y la bendición de Dios.
Javier Valarezo Serrano