La Semana Santa es la fiesta cristiana que recuerda los últimos momentos de Cristo en la tierra: su pasión, su muerte y su resurrección.

Todos deberíamos seguir su ejemplo bíblico, sus palabras sabias, el compartir, que es un acto de dar sin esperar nada a cambio, solo por el placer de hacer feliz a otra persona.

Jesús compartió su vida y su amor con los demás; y nos enseñó lo mismo para con nuestro prójimo. No olvidemos que la generosidad es la actitud que tiene una persona cuando actúa de forma desinteresada, por el bien de otra.

Recordemos que una conciencia limpia es la libertad interna de espíritu que se tiene al saber que estás bien con Dios y con los demás.

Lo que más se necesita para cambiar a una persona es cambiar su conciencia de sí mismo; es la mejor almohada para dormir en paz.

Jesús resucitó por todos nosotros, los pecadores. Demostrémosle fe y lealtad siendo mejores seres humanos, bendecidos por Él.

Javier Valarezo Serrano