Cartas de lectores | Procreador de sueños, custodio y escudero de la familia
Reconoce sus deberes y obligaciones al ser progenitor y se apresta a sostener lo mejor que puede
Escultor de la vida, procreador de sueños, custodio y escudero de la formación del hogar, comparte amistad, compañerismo y deberes de esposo; su casa se llena de unión por el respeto y amor que a diario siembra. La entrega de solidez en su hogar está acompañada de fidelidad a su esposa. La sinceridad en el trato con los hijos suaviza las faltas llamando a la cordura y obediencia. Lucha por el cuidado y bienestar de la familia, previniendo que dolor o enfermedades lleguen a su círculo. Su constante presencia los mitiga y apacigua la angustia; su ternura y delicadeza con la madre realza la belleza del hogar. Reconoce sus deberes y obligaciones al ser progenitor y se apresta a sostener lo mejor que puede. Sigue con alegría los pasos de sus hijos, formándolos para que sean miembros útiles a la comunidad; custodia sus pasos tratando de evitar que se afirmen malos hábitos, con una instrucción con máximas de verdad; así, a través de los años logra que honren su vejez. Reconoce que la siembra en sus hijos dará resultados: la obediencia traerá bendiciones, la modestia evitará vergüenzas; la gratitud compensará beneficios; la caridad hará que alcancen el amor; con prudencia, la fortuna será su compañera. En los estudios de sus hijos pone su esperanza; con benevolencia evitará la violencia, con ejemplo de sinceridad nunca tendrá reproches y con principios morales y religiosos tendrá una vida feliz. El resplandor de sus actos hace del hogar la razón perfecta de la existencia. Que nunca se mancille este principio por debilidades pasajeras.
Julio César Palacio Bárberán