¡Que repiquen gloriosas las estrellas silentes!, en este mundo inmerso en disputas sin gloria, en revancha indecente, que lacera la vida, sin proclamar victoria. Es hora de ser conscientes. De la paz sin la guerra, del amor por la vida y el respeto a la gente. ¡Para qué paz vendida!, cual manzana podrida y sumida en mil lamentos; es infierno en la tierra, es dolor que lacera, un cruel remordimiento. No es digna de alabanza, es vergüenza vivida, es la vida sufrida reclamando venganza.

Nuevo año floreciendo con inciertas pasiones, pero la gloria anuncia felices predicciones. Un futuro halagüeño con visiones benditas, el amor en el centro con los brazos abiertos cubriendo al mundo entero: perdonando lo malo y ensalzando lo bueno.

¡Qué dicha que sentimos!, la esperanza despierta y nos abre hoy su puerta. Nuevo sol, nueva luna, alegres nos alumbran sin pensar en fortunas; esto es ave de paso, esto es agua que corre llegando hasta el ocaso; sin fin y con retraso, llevan siempre al fracaso. El dinero compra todo, mas no la felicidad. El dinero es resbaloso, algunos suelen caer; porque compra sus conciencias para que sientan poder, pero luego sucumben, indignos, errantes, sin la patria que los vio nacer.

No más guerras entre pandillas, ni amenazas, ni secuestros, ni matanzas. Somos el pueblo de Dios y ansiamos un mañana venturoso, para vivirlo con esplendor. Seamos luz en los rincones, alegremos y alumbremos todos los corazones de este mi Ecuador gentil que nos pide hoy a gritos: ¡Primero la vida para en paz vivir y luego la paz para no sucumbir!

Myrna Jurado de Cobo