El mundo occidental con su abrumador Black Friday y otras técnicas de mercadeo, atrapa comercialmente a millones y millones de personas; hasta al Vaticano lo incluyen en esa vorágine de compra-venta. Ofertan un crucifijo y, citan al Papa como portador de la cruz que promocionan. El clima social en gran parte del mundo es comprar, vender, regalar. La celebración espiritual es cosa de ‘viejos aburridos, las novenas son actos costumbristas a los que asisten cuatro personas. Hoy la Navidad, es una oportunidad de ventas. ¿Y la guerra Ucrania-Rusia? ¿Y la matanza en la Franja de Gaza? Ya van más de ocho mil niños masacrados. Ancianos, lisiados y sin vivienda es el nuevo panorama de esas pobres personas palestinas. Dentro de poco tiempo veremos errantes por el mundo a palestinos desalojados. La solución es cuestión de voluntad política: reconocer a Palestina como Estado soberano de pleno derecho universal y miembro de la ONU. Pero, y ¿la industria de armamentos? Para que florezca debe haber guerras, por lo tanto el mundo seguirá en conflictos. Diplomacia hipócrita, resolverán la paz cuando solo haya lápidas en la Franja de Gaza. Y el ¿humanismo? La famosa organización que lleva la bandera no ha dicho ni ha hecho nada, está muy confortable en su cómoda oficina en Washington DC. No pondré ni una lucecita en mi ventana, hay mucho dolor y lágrimas en muchas regiones del planeta. Y parece que a nadie le importa. ¿Podremos decir feliz Navidad?

Daniel Uyaguari Zh.