Algunos seres humanos somos muy sensibles y cuidadosos con respecto a la tenencia y protección de nuestras mascotas; no así otros que, por alguna extraña razón, se hacen cargo de estos animalitos y no los cuidan adecuadamente, y menos les prodigan el cariño que como seres vivos también necesitan. Es por esta razón que, lamentablemente, abundan y se multiplican tantos perros callejeros flacos y desgarbados, en cuyos rostros macilentos se advierten el hambre y la sed que los consume. Da mucha tristeza ver a estos animalitos deambulando por las calles, rebuscando entre los desperdicios y la basura algo con qué suplir sus necesidades alimenticias.

Sería pertinente que las autoridades y más entes involucrados coadyuven y se hagan responsables de esta situación y no como un paliativo temporal, sino que se construyan albergues apropiados y hospitales para protegerlos y cuidar su salud, habida cuenta de que, a través del tiempo, han sido muchas las ofertas de campaña que se han venido haciendo en este sentido.

 Seamos más humanos con estos animalitos que se caracterizan por su fidelidad, lealtad y amor, dándonos un vivo ejemplo a muchos humanos que carecemos de esta sensibilidad y los echamos a la calle sin ninguna contemplación ni remordimiento.

Fabiola Carrera Alemán