El último eclipse fue el causante de alterar más la temperatura en el planeta. El calor que vivimos todas las personas hace que la cabeza explote. Y más esas mentes lúcidas, esos corazones ardientes, pero con una dosis de verdad, de tantos delitos cometidos, provocando que salgan a la luz, en complicidad del sol mexicano.

El calor causa estrés, mal humor, deshidratación y desesperación, incrementado por los delitos acusatorios. El calor en nuestro estado emocional nos hace hablar la verdad y trae enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Es una ola de energía térmica que hace que hasta los gemelos se asfixien por falta de ventilación.

En los vehículos ese termostato está que explota. Enciéndeme que soy canguil y apágame que soy fogón.

En la menopausia, protégenos Señor; esas hormonas parecen campo minado.

El sol provoca agobio, apatía a la tía, ‘prisión’ alta y encierro de su conciencia.

Javier Valarezo Serrano