La fundación de Quito se remite a los tiempos legendarios de Quitumbe y sus primeros habitantes, los Quitus. Tras la victoria de Atahualpa sobre los incas, llegaron a Cajamarca los conquistadores españoles dirigidos por Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Uno de los miembros de la expedición, Sebastián de Benalcázar, avanzó por el callejón interandino y estuvo a punto de ser derrotado por los defensores de Quito liderados por Rumiñahui, quienes no lograron vencerlo por una erupción volcánica. Rumiñahui ordenó arrasar la tierra, incendiar la ciudad y esconder sus tesoros. Benalcázar solo encontró cenizas. El 12 de julio de 1534, Almagro desde Quito le ordenó reintegrarse a la disciplina de las huestes conquistadoras. En agosto acamparon en la llanura de Riobamba, a orillas de la laguna de Colta, y el 15 de agosto de 1534 Almagro fundó la ciudad de Santiago de Quito. Poco antes de regresar al Perú, el viernes 28 de agosto de 1534, Almagro fundó una nueva ciudad: San Francisco de Quito, a ser instalada en la ciudad indígena de Quito, a unas 30 leguas de distancia. Su primer alcalde ordinario, Juan de Ampudia, partió hacia el norte, y después también se encaminó hacia ella Benalcázar. El domingo 6 de diciembre de 1534 hizo su entrada a Quito y dispuso que el escribano Gonzalo Díaz de Pineda notifique a los alcaldes para instalar en debida forma el Cabildo. Ese día Benalcázar instaló allí la San Francisco de Quito fundada el 28 de agosto por Almagro.

Lic. Iván Vaca Pozo