Fue en el año 2020 la última vez que Teresa Valencia conversó y posó para el lente de EXPRESIONES. En esa ocasión, la diseñadora contó cómo estaba empezando a involucrarse en la moda circular. A partir de ahí, se ha convertido en un agente importante que promueve la sostenibilidad en la industria nacional.

Su concepto alrededor de este arte se ha transformado por completo y cada vez aumenta su intención de responsabilizarse de las prendas que adquiere para ella y confecciona para otros.

Desde su punto de vista, la única desventaja que tiene Ecuador en ese mercado es que los precios suelen ser un tanto elevados, ya que al no ser fabricados en cantidades masivas, la mano de obra es más costosa. Es por eso que la gente suele inclinarse a adquirir prendas de fast fashion.

Pero eso está cambiando. Para Teresa, lo indispensable es educar a los clientes, enseñarles que la calidad es más importante que la cantidad. Y con los diseños que ella presenta en su firma, está empezando a resaltar las técnicas de los artesanos locales.

Estas pequeñas, pero significativas demostraciones están comenzando a tener resultados. Y aunque los cambios no están siendo a pasos agigantados, reconoce que sí ve diferentes conductas de gente a su alrededor a la hora de hacer compras.

Además, la creativa lleva ya unos meses viviendo una transformación física importante que se ve reflejada en lo que decide llevar puesto. En esta edición, enseña a EXPRESIONES sus mejores looks.

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¿QUÉ SIGUE PARA TERESA VALENCIA?

Entre sus logros más destacados está haber presentado en París, específicamente en el showroom de Vogue México, su primera colección sostenible en la que destaca la reinvención de las clásicas guayaberas, hasta convertirlas en crop tops o bodies para mujeres.

En un futuro inmediato, los planes de exportar Teresa Valencia a mercados internacionales están más fuertes y vigentes.

Asegura que este movimiento en su marca significa un gran paso para su carrera que viene discutiendo y teniendo en la mesa desde hace bastante tiempo. Espera ya para el 2024, tener todo este proceso más definido y consolidado.

DIEZ MINUTOS QUE CAMBIAN LA VIDA

Teresa lleva meses enseñando en sus redes sociales las diferentes etapas que ha estado atravesando desde que empezó a ser una persona más activa.

El protagonista y responsable de este cambio es el mini trampolín. Saltar diez minutos a diario tiene grandes beneficios como mejorar el drenaje linfático y despegar todas las toxinas y grasas acumuladas en el cuerpo. Es un ejercicio completo ya que al ser cardio, funciona para toda la musculatura.

SALUD Y MODA, EL COMBO PERFECTO

Sucesos como el de la pandemia se viven una vez en la vida. Y para muchas personas significó un antes y un después en el modo de relacionarse y actuar con los demás. Pero, sobre todo, puso el foco en la relación que se tiene con uno mismo.

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Teresa vivió estos meses con mucha introspección y fue entonces cuando tuvo un despertar de consciencia que le provocó replantearse su camino profesional. “Me di cuenta de que el negocio de la ropa era algo muy superficial para el momento que estábamos viviendo y quise enfocarme en la salud. Creo que un negocio en el que puedas ayudar a más personas es un negocio que siempre va a ser exitoso. Entonces decidí meterme de cabeza en el mundo fitness y ahora creo que es el futuro. Todos queremos estar saludables, creo que es algo invaluable y que quiero seguir hasta el final de mis días”, señala.

Reconoce que sus cambios físicos fueron indudablemente lo que más la motivó a seguir en este recorrido. “Yo vendo ropa y qué bonito poder ponerte los vestidos que haces, ¿no? y que los puedas modelar”, reflexiona. Además, para ella que el contacto con una comunidad femenina es constante, era muy importante darles el ejemplo en vivo de lo que se puede lograr.

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