Samantha Mora, presentadora de noticias de Ecuavisa, volvió al informativo 'Televistazo al amanecer', recuperada tras sufrir coronavirus. Luego de la salida de su excompañero Andrés Jungbluth (ahora en TC), se convirtió en la imagen de ese espacio mañanero y ha logrado consolidarse. 

Durante la cuarentena no solo se enfermó, además perdió a un ser querido y estuvo distanciada de sus hijos. Estas fueron las vivencias más duras. Reconoce que al principio sintió temor, pero luego se calmó. Tiene 31 años y antes de involucrarse en las noticias optó por el entretenimiento.

Hay un antes y un después para todos con esta pandemia. En su caso ¿cuál es ese después?

Mi después, que creo es el de muchos recuperados, un agradecimiento profundo por la vida. La COVID-19 es una enfermedad terrible, vencerla lleva a ver cada amanecer como un regalo, los abrazos de la familia como el mayor trofeo y el trabajo como una bendición.

¿Seguramente hubo momentos de llanto y angustia? 

Naturalmente. El fallecimiento de mi abuelita, estar lejos de mis hijos Amelia (13 años) y Juan Diego (3) durante mi recuperación, las noticias de muertos en las calles por la enfermedad, el lamento de amigos que perdían a sus parientes. Todo eso duele. 

Estuvo enferma, falleció su abuelita, todo a la vez... 

Definitivamente la muerte de mi abuelita fue el golpe más fuerte. Nos vimos por última vez el 23 de enero, mis hermanos habían llegado de España y mis primos de Brasil, así que decidimos visitar a la mamita Otilda, como le decíamos cariñosamente, y tomar helado con ella. Amaba los dulces. Falleció el 2 de abril, días antes conversamos por teléfono e hizo mucho esfuerzo para hablar conmigo y decirme "Dios te bendiga". 

¿Qué considera que disparó tanto el contagio en el Guayas? 

Al principio hubo quienes no tomaron en serio las medidas de bioseguridad y el aislamiento. Esta es una enfermedad donde la prevención y la cuarentena de los contagiados es clave. Una lucha que no se puede hacer solo, tenemos que actuar como comunidad, preocupándonos por los demás y protegiéndonos. 

¿Cómo se sintió el primer día de su regreso?

Me sentí bienvenida. Encontré algunos cambios en 'Televistazo al amanecer', ahora la emisión es nacional, se hacen entrevistas en vivo y comparto el espacio con una compañera en Quito. 

El oficio periodístico nos obliga a adaptarnos a la coyuntura para informar mejor. En estos casos se conocen a los verdaderos amigos y también a los que fingen serlo. Tuve siempre mensajes de cariño y consideración durante mi recuperación. Agradezco a mis seguidores por el afecto.

Las redes sociales jugaron un papel clave en esta cuarentena para que no solo yo, sino muchos contagiados, no perdiéramos el contacto con quienes amamos. En mi caso, estas herramientas me ayudaron para superar lo más duro del aislamiento: estar lejos de mis hijos. Ahora, al verlos sanos, puedo decir que valió la pena.

 La TV ha sido muy golpeada con esta crisis.

No solo la TV, la economía del mundo ha sido golpeada por la pandemia. Esta situación nos obliga a reinventarnos. Creo que es el momento de apoyar a lo hecho en Ecuador. 

Después que vivió en carne propia la enfermedad comprende mejor el dolor de los demás cuando le toca informar. 

El oficio de periodista, en la calle, me ha permitido estar cerca de la comunidad durante 6 años, registrando sus problemas y buscando respuestas de las autoridades. Luego de superar el coronavirus puedo llevar una voz de ánimo a los contagiados, es una lucha difícil, pero se puede vencer.

En cambio, a quienes han sufrido pérdidas de familiares y amigos amados les digo que nos quedemos con los recuerdos maravillosos que construimos junto a ellos, porque nos miran desde el cielo y seguramente quieren que seamos fuertes. 

¿Qué cree que Dios, la vida y el medioambiente nos están diciendo?

Que aprovechemos cada instante junto a quienes amamos, riendo, disfrutando cada detalle sencillo. Que creamos que las cosas mejorarán, porque solo así lo lograremos. Que trabajemos en equipo, protegiéndonos y cuidando a los demás.