Tras haber dejado primero Gran Bretaña y luego Canadá, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle se establecieron en  Estados Unidos, pero ahora será la exactriz, la responsable de administrar las finanzas del matrimonio.

Tan solo unos días antes de hacer oficial su salida de la familia real, el futuro profesional del hijo menor de Lady Di está en veremos, y este también podría depender del estatus migratorio que él tendrá en Los Ángeles.

Al estar casado con Meghan, quien es ciudadana estadounidense, Harry no debería tener problemas para conseguir su Green Card, y cumpliendo tres años viviendo en esa condición podría optar por la ciudadanía estadounidense.

El príncipe también podría optar por un visado de entrada 1A, y no de turista, que es una manera más viable para el príncipe. Este tipo de visado se le otorga a personas con rango diplomático, y después, con tranquilidad ajustar su estado a una Green Card. Esta última opción requeriría que Harry lo hubiera solicitado con un año de anticipación.

Así que lo más viable es que Meghan sea la responsable financiera de su hogar hasta que su marido obtenga los permisos necesarios para poder trabajar en los Estados Unidos. Por lo pronto, la pareja ya con su independencia financiera deberá hacerse cargo de todos sus gastos, empezando por su seguridad. El presidente Donald Trump ya les advirtió que deberán pagarla de su propio bolsillo.