Olivia de Havilland, la última estrella del Hollywood dorado,  murió el sábado a los 104 años en su residencia de París, donde  vivía hace varias décadas. Entertainment Weekly indicó que la artista falleció en absoluta paz mientras dormía.

La actriz británico-estadounidense, quien hizo fabulosas duplas con Errol Flynn y fue gran amiga de la genial Bette Davis, nació en Japón, sobrevivió a las dos guerras mundiales y varias pandemias. Fue parte de esa generación que vibró con los filmes de Greta Garbo, Joan Crawford, Clark Gable, Katharine Hepburn, Cary Grant y Spencer Tracy. 

La artista no solo fue brillante por su talento, sino también por su eterna rivalidad con Joan Fontaine, esa hermana con quien nunca se llevó bien y se convirtieron en enemigas declaradas tanto dentro como fuera de la pantalla.  “Fui la primera en casarme en ganar un Óscar y en tener un hijo. Si me muero, ella estará furiosa porque otra vez le habré ganado”, mencionó Fontaine en alguna ocasión a un medio escrito.

Como si fuera astróloga en lugar de actriz, la protagonista de Rebeca cumplió, y aunque era un año menor que Olivia, se fue también antes que su hermana. Murió en 2013, el día en el en que casualmente  Lo que el viento se llevó celebraba su 74 aniversario. 

De Havilland ya había protagonizado varios filmes antes que alcanzara el estrellato en ese año mítico de 1939.  Su prestigio y trayectoria la llevaron a ser nombrada Dama del Imperio Británico y también a ser conocida como la última leyenda del Hollywood clásico.