Eran las 16:00. El sol en Guayaquil se escondía, pero el calor no bajaba de los 27°C. El clima perfecto para intentar refrescarse con una cerveza. Los chicos de Él Mató a un Policía Motorizado, nombre que fue inspirado por un diálogo de la cinta R.O.T.O.R. (1989), acababan de almorzar comida del mar en pleno centro de la ciudad, con su ropa más cómoda.

La conversación se puso técnica. Cuando hablan de su trabajo son cuidadosos y profesionales.

Santiago Barrionuevo y Manuel Sánchez aceptaron que el concepto de la banda puede ser considerado como “raro”, pero también que sus canciones tienen letras simples y muy identificables. Él Mató, como prefieren que abrevien su nombre, tuvo tres conciertos en Ecuador. En Guayaquil fue sold out el jueves 30, les siguió el 31 de enero en Cuenca y el 1 de febrero en Quito.

Su música ha tomado bastante impulso en la escena independiente del continente y también en España, donde continuarán su gira La otra dimensión.

Era la primera vez que visitaban esta ciudad costera y encontraron mucha conexión con los guayaquileños, quienes conocían a la perfección sus temas, entre ellos Destrucción, Fuego, El tesoro y El perro.

Formados en 2003, su trabajo ha sido nominado al Latin Grammy. En 2018 consiguieron dos postulaciones a Mejor álbum de rock, uno de los tantos impulsos que su carrera está teniendo para destacarse en la nueva corriente alternativa.

Él Mató confirmó que siempre tienen planes de seguir creando música nueva y que pronto buscarán un espacio en su gira para centrar sus ideas.

Imperdibles

Si pudieran describir a las canciones de su último disco, ¿cómo lo harían?

El que nunca escuchó a Él Mató les parecerá que son temas en clave de pop que recorren un montón de atmósferas.

¿Cuál es su concepto actual?

Este proyecto nació como una banda alternativa, quizá rara, en el underground de Argentina. Y con los años hemos penetrado en otros ambientes. La síntesis O’Konor y La otra dimensión, nuestros dos últimos discos, empezaron a sonar en otros tipos de radios.

¿Ahora son menos raros?

Eh, no. Eso se lo dejamos a los parámetros de los que nos escuchan. Somos raros por cierta idea de producción, quizá las letras. Luego uno entiende que toda la música tiene puntos en común.