El ambiente es refinado, pero sencillo. Las mesas que agrupan a la prensa internacional están ubicadas a distancias considerables. No hay el gentío de otros años y todos, sin excepción, nos hemos sometido a los test que prueban no estamos contagiados por el coronavirus. Órdenes estrictas emanadas de la Academia.

La alfombra roja dejó de serlo y ahora tiene color beige, crema. Las paredes del escenario guardan el color del oro y los Óscar están dibujados en medio de triángulos de filo blanco. He solicitado no estar en mi mesa sino en la segunda fila de los asientos que están frente al escenario. Así veo mejor a los triunfadores.

Llega Jamie Lee Curtis y la primera sorpresa es ver su figura: 1,75 m de estatura, piel rosada, canosa, de labios finos y ojos azules muy maquillados. Peina un ‘poni’. La muchacha que está a mi lado escribe: “Traje ‘nude’ con pedrerías incrustadas, mangas largas… una creación Dolce & Gabbana”. Recordando mis años escolares, pido me deje copiarla. Sin embargo, el traje no deja esconder a una barriguita que lucha por sobresalir, pero nada importa frente a este dínamo que ostenta belleza, seguridad, energía y sinceridad.

Una señora de origen árabe afirma que Jamie tiene medidas perfectas: 86-69-86. Yo le creo, la estoy viendo a un metro de distancia.

• PREGUNTAS Y RESPUESTAS

En la sala de prensa, Lauren Brown, de BlackInAmerica.com, interroga: “65 mujeres han sido nominadas este año al Óscar, ¿cómo se siente al figurar entre ellas?”.

“Surreal y orgullosa”, afirma Curtis mientras juguetea con el Óscar. “Obviamente me gustaría hubiesen más de ellas, con paridad de género en todas las ramas del cine; pienso que aunque no estemos lo necesariamente cerca de ello, hemos avanzado. Y por supuesto que debe considerarse la inclusión, la que nos llevaría a preguntarnos si estamos envolviendo a todas las opciones binarias, lo que genera más dificultades. Soy madre de una hija trans y comprendo totalmente que deberemos apoyar la que sería nueva categoría”. Las damas presentes la vitorean.

Como recuerdo haber conocido a Janeth Leigh y Tony Curtis le pregunto: ¿Cree usted que sus padres estarán mirándola y sonriéndole?

“Déjeme ser honesta: no creo en ese mundo donde hayan grupos mirándonos. Pienso más bien que somos ellos en nuestro accionar, en nuestras creencias e ideas. Con ellas construimos nuestras vidas y las extendemos hacia nuestros hijos. Así es como funciona el mundo. Soy producto de ellos y jactanciosa de serlo. Sé que estarían increíblemente presuntuosos de su pequeña Jamie Lee. Gracias”.

• LO DIJO EN EL DOLBY THEATRE

“Tengo 45 segundos para agradecerles y los respetaré, porque sé que soy y luzco cual una buena muchacha”, afirma con certeza y autocontrol. “Ustedes podrían tener la impresión de que estoy aquí por mí misma, pero no es verdad… represento a cientos de personas, entre ellas a mis actuales compañeros de rodaje (…). Gracias a mi bello esposo Christopher Guest (compositor, guionista, director de cine, etcétera), a nuestras hijas Ruby y Annie, a mi hermana Kelly, así como a los cinéfilos que me han aplaudido en esta carrera que tiene ya varias décadas. También agradezco a todos quienes apoyaron mis filmes en su género popular y a los cientos de personas que vienen ganando el Óscar. Mi madre, Janeth Leigh, y mi padre, Tony Curtis, fueron nominados al Óscar en diversas categorías (se le humedecen los ojos)… y ahora, padres míos, ¡tengo un Óscar!”.