Joven, guapa, bella, reina, madre....con esos adjetivos promociona a través de un megáfono, el personal de avanzada que va delante de los candidatos, a Dallyana Passailaigue, en la caminata de campaña política en 2017, en los barrios de Guayaquil. No solo es a ella. Los mismos calificativos los usan con otras mujeres de la política que la acompañan, como Cynthia Viteri y Cristina Reyes. Para los hombres se citan buenas actitudes como cualidades.

Un tanto indignada, se ve obligada a darles otras opciones de adjetivos para todas, como emprendedoras, inteligentes, capaces, preparadas, aguerridas, deportistas, trabajadoras...

Esta es una de las tantas anécdotas que la guayaquileña, Dallyana, cuenta en su primer libro ‘Mujeres de hierro’, de 216 páginas, donde expone claros ejemplos de cómo el machismo está arraigado en cada contexto de la sociedad.

“Mientras lo masculino sea sinónimo de fuerza, violencia, control y lo femenino sinónimo de vulnerabilidad, siempre habrá sujetos sometidos”. Con frases así, que llaman a la reflexión, arropa y conceptual iza su escrito, un sueño, que asegura, le tomó dos años escribir y 40 años vivirlo.

En él, narra sus vivencias a través de sus diferentes facetas profesionales, muchas de estas consideradas, históricamente, exclusivas para hombres. También cuenta, cómo los caminos difíciles de transitar se le ablandaron gracias a su persistencia y de nunca dejarse desanimar.

Pero el eje transversal de su obra literaria es la vida y las ideas de su abuela Italia Baquerizo, nacida en 1922, oriunda de Los Ríos y criada en fincas. Expone además la influencia en ella de ‘Ita’, como le llamaba a su abuela, quien le enseñó que ni las metas ni los deportes tienen género y que las mujeres ‘son de hierro’.

“Es un libro de relatos que narra la historia de dos mujeres de dos épocas distintas confrontando las restrictivas normas sociales”, le explica a EXPRESO.

Antes de ser asambleísta, Dallyana destacó en el motociclismo; en el arte de la defensa personal; en las competencias internacionales de resistencia física extrema. Fue reportera, periodista y presentadora de varios programas de Ecuavisa. Modelo y actriz...

Pero no es una mujer de ‘hierro’ por alcanzar el éxito, sino por vencer las barreras que se lo intentaron impedir. Y sobretodo de hierro, por el hecho de ser mujer, porque la mujer, dice, convive con el dolor en la mayoría de las etapas de su vida y trabaja con la misma fortaleza que un hombre.

“Una mujer, cuando menstrúa, tiene cólicos; cuando está embarazada tiene achaques; sufre al parir y cuando da lactar le duelen los senos”. Lo dice ella quien ahora también es madre, después de esperar con paciencia, hasta sus 38 años, la llegada de un amor de ensueño.

Sí, su lectura es un llamado a abanderar el feminismo. ¿Los motivos? “Ciertas mujeres dicen con altivez: Yo no soy feminista. A todas ellas les pido responder: ¿cree que las mujeres tenemos derecho a decidir cuándo y con quién casarnos? ¿Ir a la universidad y trabajar? ¿Merecemos el mismo respeto que los hombres? ¿Tenemos derecho a igual salario que un hombre si desempeñamos el mismo cargo? ¿Tenemos derecho a votar? ¿a caminar sin miedo? Sí respondió sí, ¡usted es feminista!”, enfatiza en la mitad de su escrito.

Es que rechaza la idea, que suele compartirse, de que las peores machistas son las mismas mujeres. No es así, subraya, porque las mujeres nacen y son criadas precisamente en una sociedad sexista y patriarcal.

Dallyana es la mentalizadora del Plan Estratégico ‘Amiga ya no está Sola’, de Guayaquil, encaminado a erradicar la violencia contra la mujer, con patrocinio y asesoría legal y psicológica. Desde el 2017, cuando fue creado este programa, más de 2.000 féminas han sido beneficiadas.

¿Por qué esta lucha a favor de la paridad? “La hermandad y solidaridad entre mujeres son el camino hacia la libertad y el goce pleno de nuestros derechos”, destaca.

BIOGRAFÍA DE LA AUTORA

Nació en 1980 en Guayaquil. Es ingeniera en Ciencias con especialidad en Marketing. Reconocida por sus logros y participaciones internacionales en deportes extremos. Inició su carrera televisiva a los 22 años. Ha sido reportera, presentadora, modelo, actriz y asambleísta.