El amor, la migración y el pasado son el eje de ‘Canción de antiguos amantes’, la obra más reciente de la afamada escritora colombiana Laura Restrepo. Lanzada a fines del año pasado, la novela cobró gran relevancia internacional y fue presentada esta semana en Guayaquil, dentro del marco de su Feria Internacional del Libro (FIL).

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La historia arranca con Bos Mutas, un escritor y exestudiante de teología obsesionado con el mito de la reina de Saba.

Descrita como una mujer de impactante belleza, ella lideraba el reino de Saba, y aparece en la Biblia y el Corán, así como en pliegos históricos de Etiopía, aunque sin datos claros.

Pese a ello, numerosos escritores, poetas y artistas se obsesionaron en los siglos subsiguientes con su historia, plasmando su leyenda en lienzos y textos a partir de la Edad Media.

En un afán por acercarse a su historia, Mutas sale por el mundo a buscarla, pero en el camino se encuentra con la muy terrenal y corpórea Zahra Bayda, una partera somalí.

Mientras viajan juntos, ella le muestra un camino no exento de dolor y que le ayudará a extraer de sí mismo aptitudes que nunca supo que tenía.

Para Restrepo, la chispa que dio vida a esta historia arrancó durante sus viajes a Yemen, Etiopía y la frontera somalí junto a Médicos sin Fronteras.

“Yo les preguntaba: ‘Cómo te llamas?, ¿de dónde vienes?’. La respuesta de muchas era: ‘Yo soy descendiente de la reina de Saba’, como diciendo: ‘¿Quién diablos eres tú? Yo soy descendiente de la reina de Saba. Nos ves aquí destrozadas por el sol y la sal, pero nosotras pertenecemos a una cultura que va a existir cuando de la tuya no queden sino las cenizas’”, recuerda.

A la par de la historia de Mutas y Zahra, la autora recrea la leyenda de la reina de Saba con un relato que fluctúa entre lo bíblico y lo fantástico.

El personaje, asegura, siempre le llamó la atención pues es la única mujer bíblica que es sabia. “Todas aparecen por vírgenes, porque las asesinaron o porque son prostitutas, pero de pronto hay una que es todopoderosa, en la cabeza de un gran reino y es ella”.

¿Pero qué relevancia tiene hablar hoy en día sobre un mito milenario?

Para la autora, mucha. “Tengo una fijación con la migración femenina y los mitos. Y es que en los lugares donde el conflicto está muy caliente, el fenómeno migratorio es absolutamente masivo. Pero son culturas milenarias, de una belleza que uno se queda plasmado. Las ciudades más antiguas del planeta están allí. Una cosa mítica viva. Por ejemplo, vas por el medio del desierto en un Jeep y de golpe te dicen que ahí están los restos del arca de Noé. Está vivo el mito. Está viva la Biblia”.

Además, considera que frente a la compleja situación que atraviesa en este momento la humanidad, los escritores y artistas se han volcado a los mitos como una forma de recuperar la esencia de lo humano.

Aun así, Restrepo indica que, si bien quería hablar sobre este tema y sobre el horror de la crisis migratoria, también quería tratar el amor y la resiliencia.

“Quería que la novela fuera una historia de amor. Y quería que fuera una canción, porque cuando la memoria se borra, por alguna misteriosa razón, perduran las canciones. Y las canciones tienen cierta reiteración relacionada con lo anímico y no con lo racional. Quería que esa reiteración estuviera en esta historia, que tiene una pata en la realidad y la otra en el mito, de manera que pudiera leerse como un mantra”. 

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