Visualmente impecable, de gran sonido y montaje. Laudable cinematografía y un vestuario que revive la época sin falla alguna, todo eso oferta Napoleón, cinta que dirige Ridley Scott (85 años, ganador del Óscar 2000 por Gladiador) y en la que hace gala de su perfeccionismo al exhibir momentos bélicos y, por lo tanto, masas humanas.

Las batallas mencionadas en el párrafo anterior, aunque minimizadas, sorprenden, especialmente en las tomas panorámicas y con las cuales el cinéfilo ve la magia del cine y no la de filmes televisados, por grande que sea la pantalla. La mejor de todas es la secuencia que muestra la contienda sucedida en Borodinó y el congelamiento del río Moscova, donde la sangre brota en la nieve y se repite al caer soldados y caballos, esos momentos “submarinos”, especialmente cuando se rompe el hielo que lo cubre... envuelve al espectador hasta convertirlo en testigo de un pedazo de la historia aquí narrada.

Impactantes escenas durante la consagración de Napoleón, cuando él mismo se corona. La dirección artística reproduce el hecho basándose en el cuadro dibujado al óleo por el artista Jacques-Louis David, pintor oficial del emperador, cuadro que puede verse en el Louvre de París.

En el campo de las actuaciones, el largometraje tambalea. Phoenix caracteriza a Napoleón bajo su visión interpretativa y le impone su personalidad haciendo aflorar al Joker o su trabajo en Gladiador. Por eso vemos a un emperador que llora, ríe, ama, desea y se muestra enamorado. Como ejemplo está la escena en que aspira el olor que desprende la tarjeta-invitación remitida por Josefina.

No están bien logrados los encuentros íntimos, en los que parece que el militar desconocía los preámbulos de una ‘petit mort’ y, más aún, cuando patea cual toro a punto de embestir la capa roja del torero.

Vanessa Kirby no mantiene el ritmo de su trabajo y así parece que son diversos personajes, no una sola mujer.

Algo más

La película dura tres horas y deja la sensación de que algo le falta. La respuesta: originalmente, el filme duraba cuatro horas. Los productores pidieron se edite. Habrá que esperar la versión completa en vídeo, pues vale la pena verla completa.

El cine ha mostrado a diversos ‘napoleones’: Albert Dieudonnè (dirigido por Abel Gance en 1927), Charles Boyer en Marìe Walewska (con Greta Garbo, en 1937), Marlon Brando (con Desiree, en 1954) y Rod Steiger en Waterloo (1970).

¿El mejor? Charles Boyer, fue nominado al Óscar por su caracterización.

• Otros estrenos:

Wish: 

El poder de los deseos de Walt Disney Animation Studios es una comedia musical animada que invita a la audiencia a visitar el reino mágico de Rosas. Allí, Asha, una idealista ingeniosa, pide un deseo tan poderoso que es respondido por una fuerza cósmica, una pequeña esfera de energía infinita llamada Star. Juntos, los protagonistas se enfrentan al enemigo más temible de todos, el rey Magnífico de Rosas, para salvar a la comunidad y demostrar que suceden cosas maravillosas cuando la voluntad de una persona valiente se entrelaza con la magia de las estrellas.