La relación entre Miguel Bosé y Nacho Palau mejora por el bien de ellos y de sus hijos. Este verano los chicos, junto a sus padres, disfrutaron en Mallorca, en lo que parece ha sido un acercamiento de posturas.

La expareja tenía una guerra encarnizada, incluso se vieron las caras en los tribunales. Con la enfermedad (cáncer) del que fuera concursante de 'Supervivientes 2022' las aguas han vuelto a su cauce, ya que el intérprete se preocupó por él y mantuvieron conversaciones telefónicas. Estas vacaciones han sido la confirmación de tal hecho.

Hace cinco años decidieron separar sus caminos y, por consiguiente, separar también el de sus vástagos, ya que dos de ellos eran reconocidos como hijos del cantante y los otros dos del escultor. A pesar de haber crecido juntos, la justicia le dio la razón a Bosé y no los reconoció como hermanos, por lo que tuvieron que vivir en países distintos, puesto que Palau regresó a España y Miguel permaneció en México.

El cantante se trasladó a la isla balear para disfrutar de unos días en familia con sus dos hijos. Después haría lo mismo el superviviente, viajando desde su residencia habitual para alojarse durante las vacaciones en la vivienda que posee Bosé en Mallorca, dejando de lado así todo lo acontecido en los últimos tiempos con su separación.

Además de haber recorrido los lugares paradisíacos con los que cuenta la isla, Miguel estuvo de visita en el museo que Rafa Nadal tiene en Mallorca y más concretamente en Manacor.

Está en buen momento profesional, ya que se encuentra inmerso en la grabación de un documental sobre su biografía. Puede que esto haya sido un añadido a su acercamiento con Nacho y le sirviera para publicar el siguiente mensaje en sus redes: “Así se cierra, se resuelve y se da paz a esta larga etapa a la que le estoy tremendamente agradecido, y a esta vida que elegí vivir y que tan especial fue. Ahora arranco otra”.

Tanto Miguel como Nacho retomaron sus actividades diarias alejados de Baleares.