Su vida en la ajetreada Miami y sus viajes a ciudades coronadas por rascacielos como Shanghái han sido inspiración en el hilo conductor de sus días. Ella es Alina Proaño, cuya esencia la hace abrazar la nueva normalidad con miras a lo virtual, desde donde las redes sociales dejaron de ser para ella una opción y pasaron a ser una ventana al mundo.

Ella no habla a priori. Basta con dar un vistazo a sus cuentas, en las que las gráficas generan conexiones reales a la velocidad del wifi.

En este cambio de semáforo a amarillo, y desde la intimidad de su casa en Quito (a la cual regresó hace un año), ella entra en diálogo con EXPRESIONES. Sin tapujos, ahonda en temas relacionados con repensar la imagen que se promueve en internet y la importancia de llevar como bandera lo aprendido en este tiempo de resilencia.

Ahora que las miradas se dirigen a las redes sociales, ¿cuál es el ruido que nota en la mayoría de las cuentas?

El problema surge cuando la gente piensa que la cantidad de followers es más importante que la calidad de contenidos. Hay temas que no se están hablando. Se van por lo genérico, lo fácil, y publican posts irrelevantes solo porque se ven lindos en el feed.

¿Es similar a cuando compran seguidores, likes y comentarios?

Así es. Cero conexión. La forma de cómo nos posicionamos en la red no tiene que ser una producción, sino una realidad que es igual de valedera. Hay que entender que tener seguidores trae consigo una gran responsabilidad.

Hubo gente que, de hecho, fue criticada por sus posts durante la emergencia sanitaria. ¿Cómo crees que debe manejarse la imagen, sobre todo en este contexto que estamos atravesando?

Siendo sensibles, hablando de temas que se están esquivando. No está bien mostrar algo preconstruido y perfecto que sabemos que no es real. En lo personal, me parecía irrelevante que algunas se hayan mostrado lejanas y con la cartera Gucci o el maquillaje de Dior. Mientras más humanicemos nuestra red, la gente creará una mejor relación con nosotros.

Con esta nueva ola de contenidos, ¿se estaría pensando también en el mensaje que le estamos enviando a las demás mujeres?

Sobre todo a las adolescentes. Ellas todavía no tienen un criterio para analizar el contenido, y el día de mañana lo que se quiere evitar es que tengan una imagen que ha sido construida con una noción irreal. Entonces de ocho fotos que posteas, es importante que haya por lo menos cuatro que muestren algo más allá de ese arte.

Y ante el centenar de cuentas que fueron creadas durante la cuarentena (muchas por emprendimiento), ¿qué les sugieres a las mujeres que están detrás de estas?

Que se posicionen como líderes. La clave es la consistencia. Todos los días debes estar presente en redes sociales, dejar saber que te importan tus seguidores y acostumbrarlos a que reciban un mensaje positivo. Eso es lo que hará diferenciar tu imagen del resto.

En tu caso, ¿cómo ha sido el ‘feedback’ con los contenidos en tu cuenta Viviéndolo Todo?

Ha sido satisfactorio ver cómo la gente tuvo la necesidad de hablar de temas profundos durante la cuarentena, necesitaban conversar y se conectaron muchísimo cuando posteaba algo de cotidianidad. Ahora voy a sacar una serie que se llama Reales, que consiste en compartir una foto orgánica que realmente los represente como son.

¿Empezamos entonces a cambiar el chip y dejar de llamar influencer a alguien con muchos seguidores?

Un influencer es alguien que, independientemente del número de seguidores (así sean tres), está logrando compartir su mensaje y conectarse con una audiencia a través de él.

Si te pusiera a escoger entre Netflix y trabajar en sus redes, ¿dónde te veríamos?

Trabajando. Eso me llena más, es mi gasolina. Ya no recuerdo haber estado alguna tarde sin hacer nada.

• Algunos datos

* Esta quiteña de 26 años es cofundadora de la plataforma Zpace, que fomenta el emprendimiento de mujeres. Ella se encarga de la parte digital y creativa.

* Vivió durante siete años en EE. UU. Ahí estudió relaciones públicas, publicidad y chino.

* Trabajó en la generación de contenidos del Miami Design District.

* En Ecuador también trabaja con el marketing digital de varias empresas, como bancos, restaurantes y centros de yoga, entre otros.

* Incursionó en la televisión a los 12 años en el programa Club Disney, de Teleamazonas.