Apenas treinta segundos antes de caer, el piloto Cristian Armendáriz reportó a la Dirección de Aviación Civil de Guayaquil (DAC-G), que tenía problemas en la avioneta que se estrelló la tarde del martes, en La Alborada, lo que provocó la muerte de dos personas y una tercera resultó herida.

Así lo indicó Hernán Carrera, subdirector zonal del Litoral de la DAC-G, tras recibir la información preliminar sobre la avioneta Cessna C206, que salió desde el aeropuerto de Manta con dirección al Puerto Principal.

“Una vez en Guayaquil hizo una aproximación y luego realizó un tope y despegue para incorporarse al tráfico de 8 a la pista 2-1, prácticamente 30 segundos antes de caer al impacto el piloto se reporta que tiene problemas, una situación eléctrico, es lo único que se conoce hasta el momento”, detalló el funcionario al sostener que no pueden determinar la posible causa del percance.

“Solamente conocemos que tuvo un problema eléctrico y la situación actual está a cargo de la Junta Investigadora de Accidentes”, indicó al añadir que prácticamente no tenían ningún problema con la documentación de la nave, por cuanto contaba con los certificados de matriculación al día, los certificados de aeronavegabilidad, permisos de operación, seguros y la guía de aspersión. Es decir, remarcó, el avión fue sometido a un último chequeo el 27 de septiembre del cual salió sin novedad”.

La avioneta era de propiedad del capitán Édgar Rosero Rosero, quien falleció igual que otro de sus ocupantes Juan José Guzmán. El piloto Cristian Armendáriz resultó herido.

Carrera consideró que el nivel de profesionalismo hizo que el piloto conduzca a su aeronave hasta un punto donde no podían prácticamente afectar a la población; “por lo tanto se desvió a un punto donde fue favorable, en cierta forma, para que no hayan mayores consecuencias aparte de las conocidas”.