El 27 de septiembre de 2022 será un día para recordar. Es la fecha en la que jurídicamente nació la fundación Guayaquil 20-50, ideada por los miembros de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, pero integrada también por los representantes de las empresas públicas y privadas, la academia, los líderes comunitarios y los ciudadanos..., que anhelan que el Puerto Principal se desarrolle siguiendo un norte. Teniendo como base esa planificación que, como en reiteradas publicaciones lo han hecho saber a EXPRESO los urbanistas consultados, le urge y permitirá mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

La noche del pasado martes los miembros de esta organización, que busca convertirse en el brazo técnico de la autoridad local, dieron detalles de la labor que ejecutarán de la mano de los representantes de la firma global de diseño y arquitectura Gensler, con sede en Costa Rica, con la que prevén crear un plan maestro para Guayaquil.

Carlos Repetto, presidente de la Cámara de la Construcción y de la Fundación, y los arquitectos Virginia Schneidewind y Félix Chunga, cofundadores de la misma; así como Christian Wolff, codirector regional de Gensler, fueron los encargados de hablar de la necesidad de volver a mirar al río, de devolverle la plaza al pueblo, de ponerle un freno a los atascos y de apostarle, por ejemplo, a la creación de los corredores verdes para que la ciudad sea un sitio más habitable. De primer mundo, resumió Repetto, quien persigue la idea de que Guayaquil adopte el concepto de la ‘ciudad de los 15 minutos’, que plantea que todas las necesidades básicas y de entretenimiento deban satisfacerse movilizándose por un lapso no mayor a ese tiempo.

La presentación, que la hicieron ante un auditorio de los posibles miembros (representantes de las empresas, la academia, los consorcios de servicios públicos...), había sido replicada horas antes en la Alcaldía, con la que tuvieron ya un primer acercamiento.

Que ya no es posible que la ciudad crezca como está creciendo y que por ello la comunidad entera debe sumarse a trabajar por Guayaquil, aseguraron Repetto y Wolff; que hicieron hincapié en que para la elaboración de ese plan maestro requerirán no solo de la participación ciudadana, sino también de la data que confirme cuál es el estado real de la urbe, a quiénes y a qué grado afectan sus problemas, y cuáles son las carencias que deben ser resueltas como prioridad.

“Hacer ciudad es una responsabilidad de todos. Es una responsabilidad de lo que vamos a hacer y de lo que vamos a dejar a las generaciones que vienen. Si no participamos en el proceso de hacer ciudad, la ciudad va ir hacia un destino que no es el correcto. Lo que ahora iniciamos es un camino largo, de resistencia, pero que vale la pena empezar porque Guayaquil tiene todo para ser una metrópolis inclusiva y diversa, resiliente, diseñada para las personas”, aseguró Wolff; quien habló de la metamorfosis que han tenido núcleos urbanos como Medellín (Colombia), Barcelona (España) y otras urbes de Europa, y los beneficios que eso ha generado.

Hay vida, hay orden, hay economía. Es un ganar, ganar, sentenció.

Según explicó Chunga, a raíz de este encuentro la fundación se enfocará en sumar nuevos miembros y en producir la información que les permita tener una visión de lo que será el gran proyecto.

“Aquí no estamos en tiempos políticos ni tampoco en tiempos solo académicos o solo urbanísticos, sino que estamos en tiempos reales. La idea es ir trabajando como diversas piezas que deben complementarse”, indicó Chunga; quien como Repetto, que alertó desde ya que serán los asociados de Guayaquil 20-50 quienes permitirán solventarla, hizo énfasis en la necesidad que existe -a través de la planificación- de defender al patrimonio familiar.

“Es nuestra obligación tener que dejarle a nuestros hijos una mejor ciudad que la que recibimos. Es lo mínimo que podemos hacer...”, pensó.