Manchas de sangre y tres zapatillas tiradas en la entrada quedaron como huellas de muerte. El domingo 20 de febrero, la residencia 5 de la etapa 8 de Villa Bonita se convirtió en un ‘palacio’ de violencia y dolor con los asesinatos de dos de sus ocupantes y uno de los matones.

El ataque ocurrió aproximadamente a las 17:00, cuando los residentes festejaban el carnaval. Dos menores de edad se bañaban en una piscina inflable en ese rato y les tocó ser testigos de la crueldad de los sicarios.

La mañana del 20 de febrero aún estaba enroscada la manguera con la que se llenó la alberca de plástico. La hamaca en la que seguramente alguien descansó bajo la sombra de una carpa seguía guindada, mientras cerca había un banco tirado.

En la planta alta, una ventana estaba abierta y dentro podían verse focos encendidos, pero no había nadie. Quienes pasaban alrededor veían fijamente el inmueble, con un gesto de sorpresa.

“Llegó un taxi, se bajaron cuatro individuos y realizaron varios disparos con armas de fuego, entre ellas un fusil y una pistola, especialmente a dos personas de sexo masculino”, informó el coronel Christian Mayorga, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, respecto a cómo fue el atentado.

A más de los dos hombres asesinados, dos mujeres embarazadas resultaron heridas y fueron llevadas en ambulancias con custodia policial hacia casas de salud. Mayorga refirió que se encuentran estables.

Uno de los implicados no salió airoso de su oscuro objetivo y acabó muerto, pues resulta que uno de los ciudadanos asesinados se habría defendido con una pistola automática, abatiendo a uno de sus verdugos, quien aún no ha sido identificado.

Los difuntos de la casa son Ronald Fabián Aguirre Murillo (28 años) y Dennis Raúl Córdova Hungría (25 años). Ambos tienen historial delictivo. El primero registra antecedentes penales por robo, fraude procesal y asesinato.

“Hace un par de semanas habría salido de la cárcel. Estamos buscando más información, ya que entendemos que estaba cumpliendo una pena de 26 años por asesinato y buscamos un indicio de las razones por las cuales fue puesto en libertad”, dijo Mayorga.

Córdova Hungría, en cambio, tiene procesos judiciales por lesiones, homicidio y tenencia y porte de armas.

Una fuente policial indicó que Ronald y Dennis más temprano estuvieron en el sur de la ciudad y, al parecer, tuvieron un atentado allá. Luego fueron a Villa Bonita, en donde finalmente los acribillaron.

Dos moradores de esa misma etapa comentaron que quienes habitan en la villa 5 tienen poco tiempo viviendo ahí.

“La hija de una señora de ahí dijo (antes del ataque) que tenía miedo que le pase algo. Ellos recién se cambiaron aquí hace unos cinco meses, ahí viven bastantes personas, como unas diez”, contó una vecina.

Un residente mencionó que las víctimas, durante este tiempo, no se mostraron problemáticas y no hablaban mucho con los vecinos.

Por ahora, se busca determinar la causa de este crimen. Lo cierto es que en la urbanización están con temor.