Una carrera contra reloj. Así es el panorama que se percibe a lo largo de la calle 6 de Marzo, donde los artesanos y sus familiares agilizan la elaboración de los tradicionales monigotes mientras negocian sus creaciones con los conductores o peatones que recorren ya la popular arteria.

Ayer arrancó de manera oficial la venta de los años viejos en Guayaquil, pero los comerciantes afirman que en este 2020 se han visto obligados a elaborar apenas la mitad de monigotes que acostumbraban realizar cada año.

Esto, argumentan, no solo se debe al coronavirus, sino también por la tardía resolución que aprobó el Cabildo para esta actividad y que, si bien sí se permitirá la venta y quema de los muñecos, esta llegó a puertas de diciembre y no ha sido del agrado de todos los artesanos.

“Antes hacía muñecos más grandes y ahora solo nos limitaron a que sean de menos de 3 metros. En 2019 mi familia y yo elaboramos 500 monigotes, entre grandes y chicos, pero ahora solo estamos haciendo unos 200. Hay que trabajar y esperar un mejor escenario estos próximos días”, afirma Iván Soto, artesano y propietario de un local en la intersección de Brasil.

Asimismo, en el sector algunos artesanos aplican desde ya los protocolos establecidos para la venta. Han delimitado sus espacios, no ubican los muñecos en la calzada y dejan un área en la acera para la circulación de personas. Hay casos incluso en los que se han instalado basureros y alcohol gel.

Los monigotes más solicitados por la ciudadanía son los de forma de virus y personajes políticos e infantiles. Los precios van desde los $ 15.

Así lo reconoce César Uriña, quien llegó a la vía pasado el mediodía para aprovechar conseguir un monigote a menor precio y evitar las aglomeraciones. Él se inclinó por un coronavirus. “Lo compré para quemarlo y para que así se vaya del Ecuador”, ríe.

Eddy Zambrano, presidente de la Asociación Monigotes Solidarios, indicó a EXPRESO que este domingo, a las 08:00, se realizará un censo para la regulación de los artesanos e hizo énfasis que cada uno debe utilizar un mandil para su identificación.