La ciudadela Martha de Roldós, en el norte, ha experimentado desde el pasado 10 de febrero malos olores a causa del desbordamiento del sistema de alcantarillado, que ha dejado la calzada y las veredas con pozos de agua, sino que el mal olor se ha asentado prácticamente ya sobre el cemento. Hasta este 14 de febrero, el olor era insoportable. Los ciudadanos la manzana 319, en el sector 300, reportaron que hasta ayer, la ayuda no llegaba.

De acuerdo a la dirigente barrial Dannis Delucca, este problema persiste todo el año, pero se intensifica en el invierno cuando las fuertes lluvias llevan al límite al sistema de alcantarillado.

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“Ya esto es común esto de tener que aguantar malos olores, pero en estas fechas es peor. Ni cerrando la ventana evito que ingrese a casa el olor a aguas negras. Es insoportable”, asevera Walter Contreras, morador.

Además, los habitantes reclaman por la poca facilidad de caminar, pues el agua queda empozada, lo que afecta directamente a las personas que se movilizan con ayuda de un bastón o una silla de ruedas, que terminan con sus apoyos oliendo mal. Pasa lo mismo con los coches de los bebés. 

“Ya ni pasear en familia se puede. Y es que las cosas, la ropa, todo apesta. Invito al alcalde a que recorra el sitio a ver si es feliz. Nosotros no lo somos. Vivimos en un eterno pozo séptico”, señaló Carolina Palma, residente. 

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