Luego de que en el cerro San Eduardo se reportara, el mes pasado, un desprendimiento de tierra, el Cabildo aseguró que se iniciarían una serie de trabajos para estabilizar el talud, que incluirían el retiro de la vegetación y de material suelto, y la posterior colocación de anclajes y hormigón lanzado con malla de acero.

El pasado martes, sin embargo, en el sitio se empezó a construir la llamada ‘línea de vida’, que no son otra cosa que postes metálicos con un bloque de hormigón armado que van enterrados en la parte superior del cerro, lo que brinda seguridad a los trabajadores que realizarán las labores en la pared del talud.

Según informó el Cabildo a través de un comunicado, tras esta acción se fundirá un contrapiso de hormigón simple en la corona del talud en un área de 2.500 metros cuadrados, que será el receptor de las aguas lluvias que serán conducidas a la cuneta. “Esto evitará las filtraciones, protegiendo el talud e impermeabilizando parte de la corona del cerro”, señaló.

Esta ‘línea de vida’, a juicio de los residentes, era necesaria teniendo en cuenta las lluvias que se han reportado. “Me llama la atención y a la vez me alegra que se estén haciendo las cosas como se deben, y más aún, que estén cumpliendo. Las enormes rocas que caían sobre la calle fueron la escena habitual de este sector. Lo que pasó en La Gasca, en Quito, sin duda ha sido lo único que ha hecho reaccionar a las autoridades”, piensa Elías Terán, de Bellavista.

Semanas atrás, debido a una serie de causas, los vecinos de Lomas de la Alborada, vía a la costa y Urdesa Norte, hicieron un llamado a las autoridades para que actúen e intervengan los cerros que se levantan en sus barrios. En Lomas de la Alborada, por ejemplo, se reportaron las caídas de roca y tierra, lo que puso en aprietos a los vecinos que,, tras las lluvias, temen que el cerro les caiga encima.