El adulto mayor guayaquileño quiere vivir, tener libertad para hacer comunidad, fortalecer y agrandar su red de amigos; y esta vez la Iglesia Católica San Antonio María Claret (más conocida como la Redonda) está facilitando ese proceso. Este 15 de agosto fue el inicio de ello, la casa parroquial estrenó el 'Club del adulto mayor', una iniciativa que fue promovida por la misma sede.

En el lugar, donde la alegría se desbordó y contagió a los feligreses y ciudadanos que pasaban por el lugar, ubicado en la Víctor Emilio Estrada, en Urdesa; se empezaron a dictar una serie de talleres y actividades, físicos y mentales, que apuntan a agilizar la memoria, la  movilidad, y mejorar el ánimo de este grupo de personas. 

Desde las 08:30, que culminó la misa en la iglesia, quienes se inscribieron para recibir a los adultos mayores se cruzaron al otro lado de la calle para esperar el inicio del taller, que se dicta en la sede. Ansiosos, como si fueran niños, los adultos mayores se sentaron a hablar unos con otros, a esperas de que los encargados de dar vida a este encuentro se anuncien y den una pequeña fiesta de bienvenida.

Una vez que el reloj marcó las 09:30, el padre de la iglesia, Juan Marín, ofreció una oración y oficializó el comienzo del club.

Los mayores, acompañados en unos casos de bastones y otros caminando a paso lento, se llenaron de vida al instante en el que vieron llegar a dos cantantes. Ellos, con guitarra en mano, avivaron el ambiente de los  40 adultos que en este primer día llegaron al encuentro. Las risas hicieron eco en el lugar y se escucharon hasta los exteriores.  

De acuerdo a quienes han organizado el proyecto, el fin radica no solo en dar terapias, sino en ofrecer a los adultos un 'escape'. El miedo que experimenta en la ciudad, los ha limitado a salir de sus hogares, según reconoció la mayoría; y frente a ello sentían la necesidad de convivir de una manera sana y segura; y de crear lazos y  hacer amigos. No descartan la idea de, con el tiempo, incluso organizar paseos para el entretenimiento del grupo. 

oteger a la comunidad y armar incluso paseos entre esta agrupación. 

Los cursos se llevarán a cabo en la casa parroquial todos los martes y jueves de 09:00 a 12:00. De acuerdo a Marin, se espera que el curso tenga una duración de un año, tiempo que anhela que pueda ser extendido para ofrecer más de estos servicios a los adultos que buscan 'escapar' de la monotonía y recibir ayuda física y psicológica.