A Roberto Bryan Valenzuela Quiñónez ya lo tenían amenazado. Y los sicarios esperaron el momento preciso (y también menos indicado) para propinarle con crueldad más de 30 tiros que destrozaron su cuerpo.

El hombre, de 30 años, quien habría sido miembro de la organización criminal Los Tiburones, fue asesinado la tarde del 21 de septiembre, cuando se movilizaba en un taxi por las calles Portete y Lorenzo de Garaycoa, en el centro-sur de Guayaquil, junto a su cónyuge y su hijo recién nacido.

Una fuente policial reveló a este Diario que Valenzuela fue aprehendido en mayo pasado, acusado de asesinato. Sin embargo, permaneció detenido menos de un mes.

“También registraba procesos judiciales por asociación ilícita (2013), lesiones (2016) y robo (2021)”, detalló.

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El oficial indicó que la motivación de este hecho de sangre, ocurrido pocos minutos después de que Roberto Bryan retiró a su conviviente de una clínica del centro porteño donde ella dio a luz a su hijo, habría sido por la disputa de territorio para el expendio de droga y otros delitos con la organización criminal Los Lagartos, los cuales tienen su centro de operación en el sur del Puerto Principal.

“Afortunadamente, al momento de abordar el taxi la mujer se sentó adelante. Él se ubicó en el asiento posterior. Los asesinos fueron directamente a este hombre, utilizaron pistolas y fusil. Los tiros fueron a la cabeza y al tórax”, manifestó el investigador.

La malicia con la que actuaron los cuatro hombres que descendieron de dos vehículos para asesinar a Valenzuela Quiñónez quedó registrada en cámaras de seguridad del sector donde se produjo el hecho.

Las imágenes corroboran la versión dada por el policía a este Diario.

En la grabación se observa cuando dos carros interceptan el taxi en el que iba su ‘blanco’. Tres hombres descienden de un vehículo y un cuarto del otro carro.

Los disparos fueron tan letales que incluso desprendieron el brazo izquierdo de la víctima, tal como se observa en los videos que circulan en redes sociales.

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De acuerdo con información policial, Valenzuela y su cónyuge se dirigían a su domicilio, ubicado en el sur de Guayaquil, y abordaron el carro amarillo en la calle Pedro Pablo Gómez, entre Seis de Marzo y Lorenzo de Garaycoa, diagonal a una casa de salud donde la mujer alumbró un día antes a su hijo.

“Según el taxista, la pareja se subió al vehículo y solicitó una carrera hasta La Floresta (sur de la ciudad). Cuadras después los criminales aprovecharon que se detuvo por la luz roja del semáforo para interceptarlos”, agregó el gendarme.

Producto del atentado, el conductor del taxi, de 37 años, también resultó afectado. Uno de los proyectiles le impactó en el hombro.

En el lugar de los hechos, agentes de Criminalística recogieron 38 vainas percutidas, entre ellas de los calibres 9 milímetros, 7.62 y 3.80.

Pasadas las 18:00, el cadáver fue sacado del vehículo amarillo y subido al carro de Medicina Legal, para ser llevado hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil, a donde este 22 de septiembre llegaron sus familiares para retirarlo.