Desolación. Es lo primero que salta a la vista cuando se recorre por el terreno donde se levantaría la terminal terrestre municipal costa, en el kilómetro 33 de la vía Perimetral, detrás de Los Ceibos. En el entorno, en cambio, no se ha alterado nada: continúa el comercio informal, acompañado de decenas de pasajeros que se trepan y bajan de los buses, tanto los que van a los balnearios como los de transportación urbana. Los taxistas también se hacen presentes en el paradero informal.

Es evidente que un escenario de olvido se ha estacionado en este lugar, donde la maleza se extiende, y tampoco se observa maquinaria trabajando, que sí estaba hasta hace unos meses. La obra fue prometida con fuerza desde 2019 y fue calificada como una “solución”.

En aquel entonces recién comenzaba la administración de Cynthia Viteri, y reconoció la problemática de la acumulación de personas, quienes exponen sus vidas en la transitada arteria. “Este reto tendrá un tiempo de construcción de 12 meses a partir de la firma del contrato”, fue lo que dijo Viteri a la prensa en octubre de 2019.

Y, de acuerdo a registros periodísticos, se afirmó que la terminal estaría lista a finales de 2020, al menos la primera fase. Eduardo Salgado, gerente en aquella época de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil, también lo aseguró y puntualizó que esta terminal satélite, la segunda que tendrá la ciudad después de la de Pascuales; atenderá anualmente a 1,2 millones de pasajeros.

Pero son esos usuarios que hoy se muestran descontentos porque la edificación no da señales de existencia. Carmen Toala es una de esas voces. Ella se planta a esperar los buses que van hacia el cantón Playas, por al menos tres días de la semana, por cuestiones de trabajo; y cuestiona que no haya agilidad en la construcción.

“Ya en este 2022 debíamos verla más que sea la infraestructura o algo, pero nada. Allí quedó ese proyecto prometido. No sé qué mismo ha pasado”, cuenta la mujer.

Un comentario similar suelta el guayaquileño Manuel Mendoza, quien no se moviliza hacia la costa, pero quien sí hace parada en este punto para dirigirse hacia el suroeste, después de terminar su jornada laboral. “¡Nada que llega la famosa terminal! Cuánto tiempo más tomará, ni idea, ni un cartelito hay, nada”, acota.

En las redes sociales de la Terminal Terrestre se ha compartido información de las actividades que se ejecutan. En las publicaciones se leen los horarios de atención, sorteos de vehículos, pero en lo que va del año no se ha anunciado nada en referencia a esta estación. La última publicación alusiva fue el 12 de agosto de 2021.

Hoy, la entidad tiene un nuevo gerente general. Se llama Jorge Pinto y, en su diálogo con Diario EXPRESO, aclaró que lo sucedido obedece a que el proceso fue declarado desierto. Argumenta que la licitación fue presentada en agosto de 2021 y que por eso, agrega, se generaron “distintas acciones”.

“Se solicitó al consultor una revisión integral de los estudios, concluido en febrero, y en marzo sometimos a la Contraloría el informe de pertinencia respectiva para el proceso; luego, el proceso de licitación de la terminal será publicado en el portal el jueves 31 de marzo”.

Un día después de esta entrevista, en un boletín de prensa, se indicó que el proceso ya fue subido al Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).

¿Pero por qué no se cumplieron los tiempos de entrega? “Desgraciadamente el proceso fue declarado desierto”, ratificó el funcionario, al recordar que el Sercop hizo observaciones a “ciertas particularidades” del estudio, y que estas debían ser revisadas y actualizadas, por lo que ahora, según Pinto, se han cumplido con los pasos de ley para arrancar con la licitación.

Acota que en noviembre de 2021 terminaron los trabajos de remoción de tierras y reparación de terreno en el lugar, y estima que, después de pasar el proceso licitatorio, concluya la firma de contrato en junio de 2022.

La construcción de la terminal, que será de paso, justificó que sea a partir de los próximos 10 meses. Es decir, promete que la obra, cuya inversión asciende los 10 millones de dólares, esté culminada en abril de 2023.

“Esperamos (...) Esta obra no solo es sentido norte-sur sino sur-norte; es integral”, dice el gerente, al ofrecer, en la misma zona, un nuevo paso peatonal que contará con un ascensor, áreas verdes y parqueos.

Esta nueva promesa, a juicio de Marcela Villao, ciudadana, espera que se cumpla de manera completa, no a medias. “¿Será que la alcaldesa se va sin dejar esta obra? Ojalá sea ya porque cada vez hay más personas en esta zona”, concluye.

DATOS

1. Transportación. Se prevé que en la terminal operen cinco cooperativas de transporte: CLP, Liberpesa, Costa Azul, Villamil y Posorja; que cubren el cantón Playas, localidades de Santa Elena y parroquias rurales de Guayaquil. Pero anuncian que otras cooperativas se pueden sumar.
2. Ubicación. La estación se levantará en el kilómetro 33 de la vía Perimetral y pretende movilizar anualmente a 1,2 millones de pasajeros. El área es de 34.221,68 metros cuadrados.
3. Conexiones. Esta será la segunda terminal satélite, pues la primera es la de Pascuales. La principal se encuentra en la avenida Benjamín Rosales, en el norte de la ciudad.