No vieron la sonrisa de la profesora que los esperaba, ni la de sus compañeros a quienes no habían visto desde hace 15 meses, cuando las escuelas cerraron por la pandemia de la COVID-19; pero aun así, el retorno a las aulas provocó alborozo entre decenas de estudiantes que ayer acudieron a varios planteles privados de la Zona 8, que abarca los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón.

Algunos estaban emocionados por reencontrarse con sus compañeros y otros nerviosos por volver a las aulas después de un 2020 y lo que va del 2021 donde han lidiado con plataformas virtuales desde casa.

“Estoy contento de regresar al colegio porque quería ver a mis amigos; pero tengo un poco de temor de poder contagiarme”, dijo Samuel Duarte, de 11 años, quien fue el único alumno que estuvo en el aula de octavo básico de la Unidad Educativa Delfos, donde solo acudieron cuatro estudiantes de los 900 allí matriculados.

“Ya era hora de regresar al colegio; es complicado y poco divertido estudiar desde casa. Ahora tenemos que seguir las instrucciones de los docentes para continuar en la jornada sin problemas” , manifestó entusiasmado Andrés Cevallos, de tercero de bachillerato, quien compartió el aula con otro compañero.

El plantel esperaba a 10 estudiantes en la jornada matutina y un número similar en la vespertina. No obstante, en cada una llegaron solo cuatro. Lo hicieron en medio de estrictos protocolos de bioseguridad.

Nela Verdezoto, rectora del plantel, les dio la bienvenida y les aseguró un ambiente seguro para que continúen en su proceso de formación.

“Tener un año de confinamiento ha sido muy fuerte para todos, pero sobre todo a los niños y jóvenes les está afectando mucho en la parte emocional y los aprendizajes”, acotó.

En cambio, en la Unidad Educativa Balandra Cruz del Sur, ubicada en el norte de la ciudad, un control estricto recibió al ingreso de la institución educativa a los cerca de 290 estudiantes de primaria y secundaria divididos en dos edificios. Pero eso no incomodó a los chicos, pues saben que es parte de las cosas que deben cumplir para estar en los planteles.

Aquí se les desinfectó el calzado y la ropa, a la par se les tomó la temperatura. Ellos también saben que siempre deben estar bien distanciados de sus compañeros. Los padres que acompañaron a sus hijos les recordaron que debían permanecer con la mascarilla puesta en todo momento y lavarse las manos varias veces al día.

Espacios demarcados para el distanciamiento, ventilación verificada, lavamanos y dispensadores de gel, el uso estricto de tapabocas y el autocuidado, entre otros, son parte de las nuevas condiciones con las que regresan a las aulas.

“Estoy feliz de volver a mi colegio, ya extrañaba mucho a mis amigos”, manifestó un alumno, mientras desde su banca agitaba sus manos para saludar a uno de sus compañeros que estaba sentado en otro pupitre, ubicado a dos metros de distancia. Las mamparas colocadas en el mobiliario dificultaba la visibilidad entre ellos.

Durante el recreo salieron al patio donde también guardaron distancia. “Casi no hemos podido hablar los unos con los otros. Me imaginaba diferente el reencuentro”, dijo algo apenado otro estudiante.

Uno de los requisitos para este retorno progresivo a las aulas está marcado por la voluntad de los padres.

Ana María Gardella, madre de una menor, asegura que tomó la decisión de llevar a su hija por “la importancia de la educación en la primera infancia y la salud mental de los niños que llevan tanto tiempo de encierro. Mientras tengamos todos los protocolos de bioseguridad, para mí no hay ningún problema de que venga al colegio. Mi hija está feliz porque por fin va a conocer a su maestra y compañeros”, dijo.

Francisco Fioravanti, director de Comunicación del plantel, explicó que el colegio está dividido en dos grupos que alternan la presencialidad. “Cuando uno está en casa, el otro está en el colegio, y viceversa. A los asistentes los dividen en tres paralelos donde hay máximo 10 estudiantes a excepción de uno ubicado en exteriores que une a dos grupos para determinada asignatura”, añadió.

Ningún centro educativo público de la ciudad recibió estudiantes en sus instalaciones, a pesar de formar parte de las 1.301 instituciones del país que pueden hacerlo desde ayer, luego de que el COE Nacional aprobara el retorno a clases presenciales, progresivo y voluntario.

Cinthya Game, viceministra de Educación, quien estuvo en Guayaquil, informó que los planteles fiscales autorizados abrirán su jornada este miércoles 9 de junio.