El civismo estuvo presente en distintos escenarios y en todos la protagonista fue la bandera, que ayer conmemoró su Día Nacional. Los tributos en honor a este símbolo patrio se replicaron en varias ciudades y provincias del país.

En Guayaquil hubo varios actos. Uno de ellos, el realizado por el Ala de Combate Número 22 y que consistió en que la bandera sobrevolara por toda la ciudad. No hubo un rincón que la tricolor no recorra. Y desde tierra, los balcones o las terrazas de los edificios, el momento fue captado con emoción, como aseguraron los testigos del acto.

En la urbe, de igual manera, la Asociación Nacional de Soldados de Reserva ‘Conscripto Ecuatoriano’ participaron de un acto al pie del monumento a Los Héroes, ubicado en el norte de la ciudad. 

Los exreclutas cumplieron con la renovación de votos en permanecer atentos en la defensa de la nación y a la bandera. Durante la ceremonia se colocó una ofrenda floral en honor a quienes han defendido a la patria. También se hizo una reseña de los símbolos patrios en la historia de Ecuador. 

José Flores, presidente de la agrupación, hizo énfasis en que sigue en pie su compromiso de permanecer vigilantes del territorio nacional, incluso ofreciendo su vida. Ángel Vera, de la leva 2000, habló a nombre de los jóvenes. “La juventud debe llevar la posta en la defensa de nuestra patria. Y qué mejor manera con trabajo y aportando con la sociedad”, señaló Vera.

Con reverencia los pequeños baúles fueron llevados hasta la cubierta de la nave de donde se las esparció en el océano, mientras una trompeta sonaba con gran fervor haciendo del programa un momento única. La manifestación cívica se complementó con una sucesión de disparos al aire.

En la provincia de Santa Elena, el civismo se vio reflejado desde el agua. Allí, la corbeta misilera Loja, embarcación de la Armada Nacional, fue el escenario para que las cenizas de aquellas banderas que fueron incineradas, por deteriorarse con el pasar del tiempo, sean lanzadas al mar. Estas, previo al acto permanecieron guardadas en varios cofres para el culto.

El acto desarrollado a bordo del navío estuvo presidido por el Comandante de las Fuerzas Armadas, Darwin Jarrín Cisneros, junto al alto mando naval. En su intervención la autoridad resaltó el tributo al lábaro patrio y puso de manifiesto el orgullo, amor y sentimiento del país por sus emblemas.

“La bandera que representa a nuestra nación ocupa un lugar preponderante en nuestras vidas, por eso deberá honrársele por siempre”, manifestó  Jarrín Cisneros.