Guayaquil colapsó. Luego de que en señal en vivo el país entero fuera testigo de cómo los delincuentes ingresaron al medio de comunicación TC Televisión y Gamavisión, en el Puerto Principal; los guayaquileños decidieron resguardarse en sus viviendas, aunque no fue fácil.

Decenas de trabajadores salieron de sus oficina en medio del pánico, y los comerciantes, asimismo, veían la forma de tomar un bus o un taxi para movilizarse a sus hogares, aunque no todos lo lograron rápido, como lo anuncian en las redes sociales. Hay quienes pidieron quedarse al interior de restaurantes o negocios, con las puertas cerradas. En las vías, sin embargo, el tráfico colapsó en prácticamente todas los rincones del Puerto Principal. Uno de los puntos más congestionados, en ambos sentidos, fueron las avenidas Francisco de Orellana y De Las Américas, en el norte, donde los conductores se quedaron atrapados casi una hora.

“Llevo ya 55 minutos y tengo muchísimo miedo. Estoy en la avenida De Las Américas, tengo miedo de que esos malditos delincuentes que ingresaron a TC estén rondando por aquí e intenten amenazarnos. Nunca pensé que mi país, mi amado país, viviría esta pesadilla. Siento dolor, estoy frustrado. Solo quiero llegar a casa y no salir de ahí”, reconoció a EXPRESO Milton Robles, conductor guayaquileño.

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En la calle Tungurahua, que colinda con la Universidad de Guayaquil, donde se suspendieron todas las actividades luego de que en videos se mostrara a varios estudiantes huyendo, y momentos antes hombres armados se tomaran TC Televisión; los conductores se mantenían en zozobra. En el sur, la avenida 25 de Julio y la Domingo Comín permanecían repletas de conductores que no tenían por dónde salir, según alertaron.

Ramón Acevedo fue camino hacia La Pradera 3 y, aseguró que llevaba casi una hora y media atascado. Detalló que en las calles del centro es donde más conflictos experimentó, no solo porque vio ciudadanos corriendo en busca de ayuda, sino porque hubo conductores que circularon incluso en contravía.

“Guayaquil es el reflejo del terrorismo y estamos siendo víctimas de ello. Hoy todo está mal y siento pánico. Estuve a punto de chocar con otro vehículo y en el camino vi a dos motociclistas que chocaron. Ellos invadieron el carril contrario, pero porque vieron a una multitud que venía corriendo. Todos pensaron que habría una bomba. Me quedé sin aire”, dice Mónica Lucas, conductora guayaquileña. A las 16:30, en la avenida Joaquín Orrantia se cerró el paso vehicular, cerca del Mall del Sol tras la detención de presuntos implicados en el asalto a TC Televisión y donde se analizaba también un vehículo color plateado, del que se decía estaba con explosivos.

“Todo es un caos. Dejamos abandonado el trabajo y salimos corriendo para estar mejor en casa”, comentó Katherine Plúas, quien, con unas compañeras aguardaba un taxirruta para que los lleve a su sector. Y es que, por la caótica situación, el taxismo formal e informal también comenzó a escasear. “Está feo trabajar en estas circunstancias”, reconoció un conductor que recogió a las trabajadoras y las llevó hasta su destino, sorteando el tráfico que existía hacia el sur de la ciudad.

Desde el ECU-911 se informó de la congestión vehicular que existía en la mayoría de arterias de la ciudad, y que no había cierre de vías, tampoco del puente de la Unidad Nacional.

Pasadas las 16:00, las unidades de Metrovía comenzaron a escasear y no avanzar hasta la zona de la bahía, donde se generó caos y pánico ante supuestos saqueos. Los locales comenzaron a cerrar las puertas, ante los desmanes que comenzaron a generarse.

Martha, quien trabaja en una casa de salud del sector, indicó que decidieron bajar las puertas de la entidad para evitar ingresos de delincuentes, y junto con personal médico se atrincheraron para salvaguardar su integridad.

“A las 14:00 los buses iban repletos, pero para las 16:30 ya no había ni un solo bus. La gente estaba caminando para llegar hasta sus casas y algunas motos pasaban y robaban. Lo que se vivió fue horrible”, decía Daniela Rendón, moradora del barrio del Seguro, que cuenta que también se registraron algunos choques por el irrespeto a las señales de tránsito. “Todo fue un caos, habían robos, choques. Todo fue peor que el 30 S”, sentenció.

Mientras tanto para las 17:00, las principales arterias del sur de Guayaquil estaban prácticamente desoladas y no había buses ni servicio de Metrovía, eran muy pocos los vehículos particulares que circulaban, mientras decenas de personas caminaban por las vías buscando llegar hasta sus viviendas.

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Hasta el cierre de esta edición, la Alcaldía de Guayaquil no se pronunciaba sobre estos hechos que alarmaron a toda una comunidad. Se esperaba un pronunciamiento tras la reunión del COE cantonal, desde donde se informaría sobre los acontecimientos suscitados, según indicaron desde la Sala de Prensa. 

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