Guayaquil amaneció este martes 9 de junio cubierta de cenizas, tras la actividad volcánica registrada en las últimas horas del volcán Sangay, ubicado en la región oriental a 45 km al sureste de Riobamba.

El polvo cayó en diferentes sectores de la ciudad y asombró a moradores y dueños de negocios que se disponían a abrir sus negocios, quienes con palas, escobas y mangueras limpiaron sus portales.

Por ejemplo, Juan Coronel, propietario de un local de venta de muebles ubicado a lo largo de la calle Rumichaca, comentó que era la primera vez que veía una significativa capa del material volcánico en la calzada.

Junto a otros trabajadores limpiaron los exteriores de los locales y trataron de no esparcir agua para evitar tapar las alcantarillas. "Comenzamos desde las 10:00 ya que a esa hora abrí mi local, pero me ha tomado más de 30 minutos limpiar".

En la misma arteria, Marco Tufino, dueño de un local de venta de toldos y sábanas, se vio un poco afectado por el polvo que cayó en los productos. Un compañero de labores utilizó una franela para limpiarlos y reanudar la atención. 

Escenas similares se registraron en la bahía. Allí, los dueños de locales limpiaron sus productos y con mangueras removieron el polvo de los cubículos y pequeños callejones del sitio. Los vendedores utilizaron, además, detergentes y desinfectantes.

Y aunque las autoridades y especialistas sobre el tema recomendaron que las cenizas sean recogidas en sacos o fundas, hubo personas que la removieron el polvo esparciendo agua.