Mural del proyecto Letras Vivas. Al menos medio centenar de frases han sido pintadas.
Mural del proyecto Letras Vivas. Al menos medio centenar de frases han sido pintadas.Jimmy Negrete / Expreso

Arte urbano en Guayaquil: $ 5,4 millones que no todos los autores gozaron

El uso de propiedad intelectual sin rédito y la precarización laboral de los artistas salen a la luz.  El Municipio asegura que evalúa a beneficiarios

La llegada de Cynthia Viteri al Municipio de Guayaquil trajo un giro a la inversión del arte y la cultura local. Cambió a un director de Cultura que llevaba más de 20 años en el cargo y le dio un toque de color a la regeneración urbana. De pincelada en pincelada, la alcaldesa lleva una inversión de más de 5,4 millones de dólares el último año en “obras de arte urbano”. El problema, como casi siempre, es el cómo se invierte este dinero.

Guayarte próximo a la avenida Kennedy, con locales pequeños y poco espacio para el esparcimiento, donde los platillos no cuestan más de cinco dólares y las mesas suelen ser escasas los fines de semana.

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El fin de semana pasado fue noticia el descubrimiento del portal de investigación periodística La Historia, que detallaba que el sonado proyecto Letras Vivas, que consiste en pintar poesía local en paredes de la ciudad, alcanza una inversión de $ 389.350 más IVA.

El hecho de que algunas frases costaron $ 3.000 y otras hasta $ 18.579 encendió la crítica de autores, que no ven mayor logro a plasmar una plantilla y para quienes el uso de sus versos no representó ingreso alguno. De ese grupo, este Diario halló a Andrea Crespo, escritora y catedrática de la Universidad de las Artes.

Fomento cultural es participación comunitaria, gestión con los autores, incentivo de la lectura. El arte pasa una situación precaria. Parecen no saberlo. Es injusto.

Andrea Crespo, poeta, escritora y catedrática.

Le avisaron que es parte de Letras Vivas y ni siquiera le dieron la oportunidad de seleccionar el verso a plasmar. Luego, al enterarse del contrato y de que su propiedad intelectual no tiene ningún rédito para la Alcaldía, estalló en decepción. 

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“Podía aceptarlo como una retribución a la ciudad, si estaba dentro de políticas de fomento a la cultura; pintar con sobreprecio no es fomento. Pagas más a quien pinta una pared y no le das nada a los escritores. Otro sería el escenario si habrían acompañado el proyecto con incentivos a la lectura a través de la compra de los libros de los autores o invitarlos a los barrios donde se pusieron las frases. Eso es fomento real a la cultura. No esto”.

Detalle de las obras en las que el Municipio ha invertido.
Detalle de las obras en las que el Municipio ha invertido.Infografía: Teddy Carrera

El cómo invierte en cultura y arte la Municipalidad trajo a la palestra, además, otros proyectos de lo que el Cabildo llama “arte urbano”, que para algunos artistas es más un gasto que una inversión.

Funcionarios municipales y una de las frases de Letras Vivas.

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En contrapunto, el Municipio explica que cuatro departamentos inyectan fondos a lo que entienden por arte. Fundación Siglo XXI, uno de ellos, ha invertido $ 1,9 millones, de los que asegura que el 75 % va directamente a los artistas involucrados; pero no es tanto así.

La doctora María Fernanda López Jaramillo, catedrática de Gestión y Política de la Cultura en el Pregrado de la Universidad de las Artes y de procesos curatoriales contemporáneos en el posgrado, explica mejor el panorama con un ejemplo.

“El proyecto de la calle Panamá designa a una curadora que, a su vez, nombra a artistas, que contratan a productoras. Estas últimas son las que llaman a los verdaderos autores, artistas urbanos o grafiteros. Es una cadena de precarización del trabajo artístico”.

Lo de la calle Panamá ni es arte contemporáneo ni es arte urbano. Es una decoración pura y burda, además de una campaña política de la Alcaldía.

María Fernanda López, experta en arte urbano y catedrática.

Para entender esto, hay que conocer que el proyecto de murales de la calle Panamá pertenece a la Empresa de Turismo, que dice haber destinado cerca de un millón de dólares en arte y cultura el último año y desglosa en un documento cinco de los murales de ese tramo. Ninguno cuesta menos de diez mil dólares. Uno, incluso, el de Peter Mussfeldt, ‘Nuestro Sol’, asciende a los $ 60 mil.

IVAN CASANOVA, PINTOR (33109356)

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El problema aparece cuando se busca más. Una de esas obras es ‘La Maestranza’, de Lorena Peña. Tiene 262 metros cuadrados y costó $ 28.318,54. Lo trabajaron tres artistas tercerizados. Made (nombre artístico) es uno de ellos.

Al conocer el precio real del mural, no esconde su frustración. “Trabajamos una madrugada entera, porque se la calcó con proyector, y luego, cuatro días, de 07:00 a 17:00. Me pagaron solo $ 600. Nos sacamos el aire para eso, que es nada comparado con lo que costó”.

$ 1,4 millonescostará el Monumento al Bicentenario que ejecuta Victoria Bastidas.

“El Municipio discrimina mucho el arte urbano. Prefieren el arte aniñado. La verdad no me asombra. La gente que contratan no valora el arte real. Ni siquiera remuneran lo que es. Es frustrante”.

Gracias a María Fernanda López, EXPRESO conoció que ningún artista subcontratado del proyecto de la calle Panamá ganó más de $ 800. Pero no a todos les va mal. Una de las beneficiarias “bien pagadas” es la artista Victoria Bastidas. Turismo le ha adjudicado dos obras. El homenaje a los caídos, en la Plaza Colón, de $ 210.000,00, y el monumento al Bicentenario de la Independencia de Guayaquil, que con infraestructura y todo alcanza $ 1,4 millones.

Bastidas buscó a EXPRESO para dar su versión de cómo fue elegida para hacerse de sendos contratos, pero luego dijo que no podría hablar “por una cláusula de confidencialidad”. Por ella habló el Municipio.

La entidad asegura que para elegir a los acreedores de los contratos tiene en cuenta su perfil profesional, la experiencia probada a través de portafolio y que el aspirante esté en la base de datos de contratación pública. Eso, sin embargo, es lo que ahora mismo está en duda. En palabras de María Fernanda López, la del Municipio es una política de aniquilación artística, desintegración comunitaria y deflación cultural.

Andrea Arellano: “Por lo menos nos dan paredes ahora”

Subcontrato. Andrea Arellano y su colectivo recibieron $ 432 por pintar.
Subcontrato. Andrea Arellano y su colectivo recibieron $ 432 por pintar.Jimmy Negrete / Expreso

No todo es malo. Habla Andrea Arellano, muralista que ha visto cómo la Dirección de Cultura ha cambiado de mirada este tiempo. “Antes estaba distante de los artistas y ahora se empieza a dar un giro”.

Arellano es parte del colectivo internacional Grafitodas, de mujeres muralistas, que han podido llegar a que el Municipio incluso le entregue una pared para pintar.

Todo devino de un mal rato, cuenta. Había pasado varios días trabajando en una nueva obra y el Cabildo y su equipo la borraron, “por error”. “Teníamos gestión de permiso de la urbanización, que también había cedido el espacio al Municipio. Al darse cuenta, la directora de Cultura, María José Félix, se disculpó y nos dio este espacio”, habla con brocha en mano, desde una vía principal de Colinas de la Alborada, donde plasma unas plantas con pintura verde, ahora como parte del polémico proyecto Letras Vivas.

“Hay apertura y no podemos negarlo. Es importante reconocer que existe un cambio. Los mismos críticos tienen chance y proyectos financiados con el Municipio, pero así es esto. Nunca están del todo contentos. Por lo menos nos dan paredes ahora”, señala la artista.

Aún así, es parte de los subcontratados. Por ese trabajo, de nueve metros, les están pagando $ 432, por tres días de labores, esto aunque se conoce que las paredes del proyecto Letras Vivas valen más de tres mil y hasta $ 18 mil, a veces.