En una reedición de las Finales de la NBA de la temporada pasada, los Golden State Warriors se impusieron la noche del sábado 10 de diciembre a los Celtics y, con una dupla formidable compuesta por Stephen Curry y Klay Thompson, frustraron la venganza de Boston (123-107).

Los Warriors sumaron en junio su cuarto anillo en ocho años, al someter a los Celtics en las Finales por 4-2.

Totalmente recuperado de aquella decepción, Boston llegó el pasado sábado a San Francisco como el mejor equipo de este curso, con ocho victorias en sus últimos 10 partidos (incluida la paliza del jueves 8 de diciembre por 98-125 a los Phoenix Suns) y en una situación óptima para tomarse la revancha ante Golden State.

Sin embargo, estos Warriors irregulares y con notables dudas hasta el momento ofrecieron su mejor versión en ataque y defensa y dominaron a los Celtics de principio a fin.

Los ‘Splash Brothers’ volvieron a ser una pesadilla para Boston.

Thompson brilló al alcanzar 34 puntos, cinco rebotes y dos asistencias y Curry no se quedó atrás, con 32 puntos, seis rebotes y siete asistencias.

Golden State (14-13) metió el 51,1 % de sus tiros, controló la batalla por el rebote (53 por 39) y fue el primer equipo del Oeste en derrotar a Boston esta temporada.

En una noche difícil y lejos de su mejor nivel, los Boston Celtics (21-6) contaron como faro con Jaylen Brown (31 puntos, nueve rebotes y tres asistencias), mientras que Jayson Tatum tuvo una actuación gris (18 puntos con seis de 21 en tiros, siete rebotes y dos asistencias).

Ambos equipos tuvieron ausencias importantes: el dominicano Al Horford no jugó en los Celtics por el protocolo de coronavirus, y Andrew Wiggins no estuvo con los Warriors debido a un problema físico.