El 29 de agosto de 2021, la vida de Poleth Méndes dio un giro de 180 grados. Haber conseguido la primera medalla de oro para el país en unos Juegos Paralímpicos, con récord mundial y paralímpico incluido, en lanzamiento de bala, hacían que su nombre irrumpa en la historia del deporte nacional.

Los 14 metros con 39 centímetros registrados no solo fue la trayectoria que recorrió la bola de hierro que impulsó, sino la puerta a la élite donde hoy transita. El jueves 3 de noviembre, durante una de las últimas jornadas de los Juegos Nacionales de Deporte Adaptado, cuya subsede fue Guayaquil, la joven de 26 años con discapacidad intelectual se mezclaba entre los competidores como una más, aunque por ratos muchos la reconocían. Es su referente.

Serena, sin tantos protocolos, Poleth compitió y lideró su prueba. Está a un 80 % de su nivel competitivo, la inflamación del tendón de la rodilla derecha que viene arrastrando hace 3 años, y con la que incluso compitió y ganó los Juegos Paralímpicos de Tokio el año pasado, sigue haciendo mella, aunque ya no con tanta intensidad.

Con una sonrisa tímida, Méndes confiesa que desde el oro (su hermana Anaís fue plata en la misma prueba) sí hubo un cambio en su vida cotidiana. Recibió homenajes, apoyo de las instituciones deportivas del país, así como auspicio de instituciones privadas, pero nunca es suficiente.

“El apoyo fue muy bueno, pero siempre se podrá hacer más. Creo que a raíz del oro paralímpico los deportistas de este segmento demostramos estar al nivel de la élite mundial y eso debemos seguir defendiendo”, precisó.

Tras los Paralímpicos, Poleth compitió en un Gran Prix en Perú, donde también fue la mejor con marca de 12,86 metros, lejos del récord mundial establecido. En los Juegos Nacionales de Deporte Adaptado, la tricolor hizo 12,87 y cerró su temporada 2022; ahora se alista para un 2023 en los que contempla un Mundial, los Juegos Parapanamericanos en Chile y el Mundial de Paraatletismo, todos con miras y clasificatorios a los Juegos Paralímpicos de París 2024, donde pretende confirmar el nivel ya demostrado en Tokio.

“Creo que aparte de bala, empezaré a hacer lanzamiento de disco, algo que ya había hecho solo que en el INAS (Federación Internacional de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual) no se incluía”, precisó convencida.

Nacida en Carpuela, un pequeño pueblo afroecuatoriano de la provincia de Imbabura, Mendes quiere sus terceros Paralímpicos. En Río 2016 fue su debut y consiguió diploma paralímpico, al quedar en quinto lugar. Ya a Tokio acudió posicionada en el segundo lugar del ranking mundial de lanzamiento de bala, con una marca de 13,54 metros, y salió con oro y récord mundial y paralímpico. París será la cita de su confirmación.