Cinco días han pasado desde que Poleth Mendes y Anaís Méndez consiguieron las primeras medallas paralímpicas para Ecuador en unos Juegos. Pese a esto, la emoción es la misma, tal vez mayor, porque de distintas formas se hace más palpable lo trascendental de su victoria en Tokio. De entrada, a ambas se les viene a la mente su país, al igual que sus habitantes, con quienes comparten su alegría al ser las mejores en lanzamiento de bala.

Las hermanas tricolores, durante un diálogo con EXPRESO, coinciden en varias cosas sobre su logro. Es así como Poleth, medalla de oro, reflexiona que todo se debe al esfuerzo en cada una de las prácticas. “Estamos muy contentas por el trabajo realizado, que ha sido para darles una medalla a todos los ecuatorianos”, comenta la deportista de 25 años, quien al igual que Anaís tiene discapacidad de tipo intelectual.

La conexión inmediata por lo conseguido la hacen con su madre, María del Carmen Castro, que las espera ansiosa en Tumbatú, provincia del Carchi, para darles la bienvenida. “Después de ganar le agradecimos por el apoyo, por impulsarnos a seguir. Este triunfo es de ella”, deja saber Anaís, ganadora de la presea de bronce en suelo asiático.

Ellas también consideran vital el trabajo realizado junto a su entrenador David Bernardo, con quien han pulido sus destrezas en la disciplina. “Él ha sido nuestro pilar y nuestro amigo, que nos ha guiado en todo momento”, cuenta Anaís, mientras que Poleth refuerza ese comentario diciendo: “Con él hemos venido luchando en este deporte, de él es el 50 % de este triunfo”.

Debido a los exigentes entrenamientos, ambas tienen poco tiempo para realizar otras actividades ajenas al deporte. Sin embargo, se organizan. En el caso de Anaís, disfruta de sus momentos de esparcimiento haciéndose diversos peinados, como los que las hermanas lucieron cuando ganaron las medallas; mientras que Poleth aprovecha para ver novelas y conversar con sus compañeros.

Además del lanzamiento de bala, ellas tienen preferencias por otros deportes, como el fútbol o el básquet, pero no los practican para evitar alguna lesión que les traiga complicaciones en su especialidad.

Poleth y Anaís coinciden al decir que “nada es imposible” y que “todos podemos luchar por nuestros sueños”, así como ellas lo hacen con otra meta de aquí a tres años: repetir el podio en los Juegos Paralímpicos París 2024.